Las lluvias de marzo provocan daños en cultivos e infraestructuras rurales en Córdoba
Los cultivos como el trigo, la avena o la cebada, necesitan agua, pero tanta humedad puede resultar perjudicial si no mejora la situación en los próximos días
Córdoba - Publicado el
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Las intensas lluvias registradas en marzo están causando problemas significativos en la agricultura de la provincia de Córdoba. Aunque el agua era muy necesaria tras un largo periodo de sequía, su exceso está afectando a distintos cultivos y dificultando las labores en el campo. Según ha explicado Carmen Quintero, secretaria provincial de COAG Andalucía, "las precipitaciones han sido muy abundantes y prolongadas, lo que está impidiendo el acceso a muchas explotaciones y generando enfermedades en los cultivos".
Cultivos afectados
Uno de los sectores más perjudicados es el de las hortalizas. Algunas plantaciones ya presentan hongos debido a la humedad excesiva y los agricultores no pueden aplicar tratamientos porque los campos están inundados. "Las habas baby se han perdido en muchos casos y las alcachofas están ennegreciendo, lo que supone una merma importante para los productores", ha señalado Quintero. Además, el tomate y el pimiento de industria, cuya siembra debía comenzar el 10 de marzo, siguen sin poder plantarse, lo que retrasará toda la campaña y complicará la recolección.
En cuanto a los cereales, el exceso de agua está generando enfermedades fúngicas y asfixia radicular. "Los cultivos de invierno, como el trigo, la avena o la cebada, necesitan agua, pero tanta humedad puede resultar perjudicial si no mejora la situación en los próximos días", ha advertido la representante de COAG.
Por otro lado, los cultivos de secano, como el girasol y el garbanzo, aún no han podido sembrarse debido a la saturación de los suelos. Esta situación pone en riesgo la producción de la temporada, ya que los retrasos en la siembra pueden afectar al desarrollo de las plantas y reducir el rendimiento.
Inundaciones en olivares y cítricos
El exceso de agua también está impactando en los cultivos leñosos, como el olivar y los cítricos. Hay parcelas de naranjos y olivos anegadas, lo que dificulta el acceso y el mantenimiento de los árboles. "Si el agua permanece estancada demasiado tiempo, las raíces pueden dañarse y afectar la producción", ha explicado Quintero.
Cítricos inundados
Además, la falta de acceso a los terrenos está retrasando las labores de poda y tratamiento fitosanitario, fundamentales en esta época del año. "El campo necesita agua, pero también poder trabajar sobre él, y ahora mismo muchas fincas están intransitables", ha subrayado la secretaria de COAG.
Problemas en las infraestructuras rurales
Otro de los efectos de estas lluvias ha sido el deterioro de caminos rurales y vías de acceso a las explotaciones agrícolas. "Las lluvias han dañado muchos caminos, impidiendo que la maquinaria y los trabajadores puedan llegar a los campos. Esto está paralizando aún más las labores agrícolas", ha denunciado Quintero.
La situación es especialmente preocupante en zonas donde la red de infraestructuras ya presentaba problemas previos por falta de mantenimiento. Los agricultores piden a las administraciones que se actúe con urgencia para reparar los accesos y evitar que las pérdidas económicas sigan aumentando.
Beneficios para el campo
A pesar de los daños que están causando las lluvias, hay aspectos positivos que no pueden pasarse por alto. Según Antonio Monclova, técnico de Asaja Córdoba, "las precipitaciones están permitiendo la recuperación de acuíferos, ríos y embalses, lo que es fundamental para garantizar el riego en los próximos meses".
Asimismo, Monclova ha destacado que los cultivos leñosos y la ganadería se están beneficiando de esta situación. "El olivar y otros árboles frutales absorberán bien esta humedad si las precipitaciones empiezan a remitir pronto. Además, los pastos han mejorado notablemente, lo que reduce la necesidad de suplementación alimentaria para el ganado".
En conclusión, las lluvias han supuesto un alivio para el problema de sequía, pero su intensidad y persistencia están generando serios problemas en el sector agrícola cordobés. Los agricultores confían en que en los próximos días el clima se estabilice para poder reanudar las labores en el campo y minimizar las pérdidas.
GANADERÍA
Felipe Molina, ganadero, nos ha contado cómo las recientes lluvias han transformado el campo, devolviéndole una vitalidad que no se veía en años. La hierba crece en abundancia, lo que permite que el ganado pueda pastar libremente. Para Molina, este fenómeno es un respiro, ya que no solo beneficia a los animales, sino que también asegura una producción de cultivos que servirá de pienso para el ganado, con precios más accesibles. Además, destaca la importancia de la recuperación de los acuíferos, ya que ahora el ganado tiene acceso a agua cuando sale a pastoreo, algo crucial en tiempos de escasez.
Ganado pastando
Sin embargo, a pesar de la alegría por este respiro, Molina también expresa su preocupación. Aunque ahora vivimos un exceso de agua, su temor radica en la incertidumbre del futuro. La naturaleza parece haber cambiado sus ciclos, y mientras disfrutamos de lluvias intensas que caen en poco tiempo, se teme que las sequías, cada vez más prolongadas, hagan su regreso en breve. La transición de largos períodos de sequía a lluvias concentradas en semanas, en lugar de distribuidas a lo largo del año, es una realidad que está marcando la nueva normalidad en el campo.