Pepe Viyuela:" Nos pasamos la vida esperando cosas. Nuestro Godot sería la vuelta a la añorada normalidad"

El actor interpreta a Estragón en el “Esperando a Godot” de Beckett que llegará al Gran Teatro de Córdoba este sábado a las 20:30 bajo la dirección de Antonio Simón

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Entrevista Pepe Viyuela

Toni Cruz González

Córdoba - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Cuando fue estrenada en los cincuenta, un crítico la resumió como "¡Nada ocurre, nadie viene, nadie va, es terrible!" Sin embargo, los dos actos del “Esperando a Godot” de Beckett se han convertido en una obra capital del teatro del absurdo que llegará al Gran Teatro de Córdoba este sábado a las 20:30 bajo la dirección de Antonio Simón, con escenografía de Paco Azorín y con Alberto Jiménez y Pepe Viyuela en los papeles de Vladimir y Estragón. Hablamos con Pepe Viyuela en COPE.

-La inacción como arte. La sublimación del estatismo. El experto ya conoce la grandeza de esta obra, pero ¿qué atractivo puede encontrar quien no sea un asiduo de los teatros en “Esperando a Godot”?

-Por un lado el aliciente de ser la obra más representada del siglo XX, también que está escrita por un premio Nobel, que está reconocida como una de las funciones más magistrales de la historia del teatro y que habla de nosotros mismos en todo momento. Además, aunque está escrita en los cincuenta, calza perfectamente con la situación actual. Esos seres perdidos, desorientados y que buscan algo es compartido por todos los ciudadanos del planeta actualmente.

-Su carisma y el de Alberto Jiménez le da a este “Esperando a Godot” un toque muy especial. Beckett definió esta obra como “terriblemente cómica”. ¿Es lo que se busca, no?

-Él sabía que de lo que se hablaba en la obra no era nada suave ni que sentara bien. Además, de la tragedia siempre ha surgido la comedia, aunque sea algo ácida. La gente lo pasa bien viendo las desdichas de los personajes. La comedia está basada en reírse de los personajes desde la comodidad del espectador. Vivir es muy duro. Buscar aliciente a la vida es algo que hacemos continuamente. Yo he llegado a la conclusión de que la vida no tiene ningún sentido e intento vivir plenamente cada uno de los minutos. Busco la alegría y el positivismo en cada momento. Perdemos el tiempo muchas veces y la salud intentando buscarle un sentido a la vida y lo que hay que hacer es vivirla e intentar pasar por ella lo mejor posible sin hacerse daño ni hacer daño a los demás.

"La vida no tiene ningún sentido, hay que intentar pasar por ella lo mejor posible sin hacerse daño ni hacer daño a los demás"

-¿Son Vladimir y Estragón dos niños grandes? ¿Cuánto de belleza hay en la ingenuidad?

-La ingenuidad es el mayor de los tesoros. Basamos mucho nuestro trabajo en la técnica del payaso por indicación de nuestro director Antonio Simón y el payaso está ligado a la infancia porque intenta volver a ese territorio en el que la ingenuidad ocupa el mayor de los espacios y uno se sorprende de cada cosa que pasa por delante y todo es un acontecimiento. Los personajes de "Esperando a Godot" están buscando un entretenimiento y en ese sentido son comos niños, porque los niños juegan porque de esa manera colorean su vida. Todo esto muestra que el teatro está presente en nuestra vida desde la infancia siempre a través del otro. Eso demuestra también su miedo a la soledad en medio de la nada. En estos momentos de pandemia el hecho de tener que salir juntos de esta porque solos no podemos es otro mensaje presente en esta obra y que tiene plena actualidad.

-¿Qué cree que contestarían Beckett. Cioran o Sartre a la coletilla del “esto nos hará más fuertes”?

-Creo que no se dejarían convencer fácilmente. Es una palmadita en la espalda, pero si superamos esto, simplemente lo habremos superado. Creo que debemos disfrutar de la vulnerabilidad, necesitamos simplemente aceptar con estoicismo e intentar cambiar las cosas que no están bien hechas y buscar el por qué. Y si el coronavirus tiene que ver con nuestro comportamiento, enmendar eso, pero si no se puede hacer nada contra algo que es más fuerte que tú lo más sabio es aceptar. Ahora mismo el ser humano está tratando de no morir para que en un futuro se consiga una cierta inmortalidad a través de una larga longevidad, pero no sé si es lo que deseo. Me parece que está muy bien aceptar que somos limitados y convivir con la idea de la muerte es de las cosas más sabias y que más no puede servir para valorar las cosas de la vida. Si salimos de esta seremos unos supervivientes y tendremos que seguir tirando para delante. Si el virus es culpa del maltrato al planeta deberíamos aprender. Hay una cierta obcecación, de todos modos, en el ser humano en hacer las cosas mal ligada al poder o a la posesión de objetos materiales. No creo que vayamos a salir más fuertes.

"No creo que de esta vayamos a salir más fuertes"

-Pozzo el señor de Lucky, dice en un momento de la obra a Vladimir y Estragón: “son ustedes seres humanos. De la misma especie que yo. ¡De origen divino!". De la misma especie que Pozzo, no de la misma que Lucky; el siervo no tendría derecho a ser plenamente persona. ¿Somos más o menos libres en 2020 que en los cincuenta? ¿Sigue existiendo ese clasismo capitalista que denuncia Beckett?

-Lo veo clarísimo. Ahora mismo hay empresas poderosísimas como amazon que está marcando unas distancias tan inabarcables con el resto de los seres humanos y gobiernos que asusta bastante. Hay señores y señoras, empresas... seres humanos que tienen un poder inabarcable y que los convierte en señores del planeta y que ya están buscando incluso la salida del planeta porque se les queda pequeño. ¿Qué tenemos que ver los ciudadanos de a pie en ese poder inmenso? Tenemos que buscar el Pozzo de hoy en gente muy concreta capaz de llevarnos, como va Lucky, con la soga al cuello y que nos obligue a hacer cosas que no deberíamos consentir como todo lo que sucede con las nuevas tecnologías que es la soga que aparece en "Esperando a Godot". Cada vez que uso, por ejemplo, las redes sociales siento que tengo una soga al cuello y estoy cediendo mi intimidad y mis datos a estos grandes controladores que tienen mis datos y que conocen dónde estamos, qué compramos, nuestros gustos... Esta soga existe, lamentablemente.

-Se ha especulado con que el esperado Godot es Dios. ¿El Godot de 2020 puede ser la vuelta a la normalidad?

-A Beckett cuando le preguntaban si Godot era Dios decía que si hubiera querido que fuera Dios le habría llamado Dios en lugar de Godot. También Beckett era muy escurridizo y no quería dar nada por supuesto y de hecho desdibujó mucho las primeras versiones de Esperando a Godot y las envolvió en una ambiguedad que la hace más interesante. Sí, un posible Godot podría ser la vacuna, un salvoconducto a la vuelta a una normalidad que añoramos y esperamos que vuelva a establecerse en algún momento. Nos pasamos la vida esperando cosas. Esperamos aprobar un examen, el amor de nuestra vida, un correo... Siempre estamos esperando cosas y la espera está cargada de incertidumbre, pero también de esperanza y eso hace la espera tan interesante.

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