Escucha el Pregón del Centenario de la Soledad de San Jerónimo

La Iglesia del Monasterio de San Jerónimo se ha convertido en el escenario del emotivo y solemne pregón del primer centenario de la reorganización de la Hermandad de la Soledad. El templo, que presentaba un aforo completo, fue testigo de la alocución del periodista y profesor universitario Álvaro Ramos. Con una oratoria cuidada y profundamente evocadora, el pregonero guio a los presentes a través de un viaje literario y devocional por los cien años de historia de la cofradía del Viernes Santo.

una historia que comienza en el xvi

Desde el inicio de su intervención, Ramos se adentró en la memoria de la hermandad, recorriendo sus orígenes en el siglo XVI y destacando los avatares que han marcado su devenir hasta la actualidad. En su discurso, subrayó la capacidad de la corporación penitencial para "adaptarse a los tiempos y las circunstancias, pero manteniendo siempre intacta su esencia»".

Tomando como hilo conductor el cortejo penitencial, el pregonero abordó algunos de los hitos más relevantes de la hermandad. Entre ellos, destacó los complejos primeros años de revitalización que estuvieron a punto de hacer desaparecer a la cofradía. También, los cambios de sede canónica, desde su traslado al Convento de Santa Paula hasta su establecimiento en tiempos recientes en el Monasterio de San Jerónimo. Asimismo, hizo referencia a la coronación popular de 1885 y su posterior reconocimiento canónico en 2020, dos momentos clave en la devoción mariana de Granada.

las madre jerónimas y un singular patrimonio

Una mención especial mereció la comunidad de Madres Jerónimas, reseñando su labor en el cuidado y culto de las Sagradas Imágenes Titulares y ensalzando el trabajo de bordado del manto y la saya de la Virgen de la Soledad en el siglo XIX, que calificó como "historia viva de la Semana Santa granadina". También dedicó parte de su discurso a los símbolos más característicos de la hermandad, como los inconfundibles hábitos negros y amarillos, la presencia de las chías como seña de identidad y los icónicos farolillos, elementos que otorgan una gran personalidad a la corporación.

titulares

Del mismo modo, Ramos dedicó una parte del pregón a hablar de los sagrados titulares, en los que abordó aspectos históricos, artísticos y devocionales. Sobre el Cristo del Descendimiento, destacó su simbolismo como "símbolo de la redención de la Humanidad", haciendo alusión a la tradicional liberación del preso durante la estación de penitencia. Además, abordó con especial interés el futuro paso de misterio, que recuperará una propuesta original de 1925, recuperando así "el anhelado deseo de los primeros hermanos reorganizadores".

En cuanto a la Virgen de la Soledad, el pregonero la definió como "la estampa más antigua y más clásica de nuestra Semana Santa". Más allá de su impronta iconográfica, Ramos profundizó en el significado de soledad en la sociedad contemporánea, subrayando cómo la imagen de María se erige en "refugio y consuelo" para quienes la buscan en los momentos de mayor desamparo.

Con un tono vibrante y apasionado, el pregonero concluyó su intervención afirmando que, en un mundo cambiante y lleno de incertidumbres, la Hermandad de la Soledad se erige como "una verdad inquebrantable y una realidad incuestionable". Además, añadió con rotundidad que hoy «Granada la siente más suya que nunca». A lo largo de su discurso, Ramos adornó su oratoria con versos de su propia autoría, dotando al pregón de un carácter poético.

El acto culminó con un concierto a cargo de la Agrupación Musical María Santísima de la Cabeza de Exfiliana. Bajo la dirección de Ana Illescas, la formación interpretó un repertorio compuesto por las marchas «Anima Christi», «Salve Regina, Encarnación», «Verum», «Madre, Tú eres mi Consuelo» y «Sempiterno». El acto contó con la presencia de diversas autoridades, entre ellas la concejal de Movilidad, Protección Ciudadana y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Granada, Ana Agudo, así como representantes de la Policía Local y miembros de las hermandades de la Borriquilla y del Cristo del Trabajo, de la que es hermano el pregonero.