Carmen Muyor y Quique Peña convierten al público del Festival de la Guitarra en un coro

La moda parece un mal aliado para el arte. No es que la creación deba abstenerse de una gran aceptación temporal, sino que el valor de esto puede resultar relativo. La importante puede ser transcender el tiempo y convertirse en lo que algunos llaman un clásico. Eso pasa con muchas canciones, composiciones que en apenas unos minutos, con pocos más artificios que el tema y el estribillo y que son capaces de contar una historia y contagiar el magnetismo de la buena música. El repertorio de Carmen Muyor y Quique Peña abordan estas canciones antiguas con ritmos latinos, por las que ha pasado el tiempo, pero que se han quedado en el inconsciente colectivo y han trascendido las generaciones.

Su concierto en el patio del Ayuntamiento, fue más allá de la mera interpretación amable y con calidad de temas populares como Flor de la canela o el Zorongo de Federico García Lorca, puesto que Carmen con su voz y Quique con la guitarra los hacen suyos y más que versionar los interiorizan, como sucede con María la portuguesa de Carlos Cano que generalmente se interpreta a ritmo de pasodoble, pero que en su caso la convierten casi en una balada triste en atención a su temática. El público que volvió a llenar el Festival de la Guitarra de Granada disfrutó en grado máximo, no solo porque gustaban de cada canción, sino también porque llegaron a componer, en determinados temas, un coro improvisado que convirtió la actuación en una fiesta en la música.