IGLESIA

Monseñor Gil Tamayo: “O fortalecemos la piedad popular o muchas cosas se nos van a ir de las manos”

Su admiración por la piedad popular crece así como su entusiasmo al comprobar las grandes posibilidades que tienen para la evangelización

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Entrevista al Arzobispo de Granada, monseñor José María Gil Tamayo

Juande Jerónimo

Granada - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

Tiene muy claro nuestro arzobispo que el gran reto de los cofrades está en la formación. Su admiración por la piedad popular crece así como su entusiasmo al comprobar las grandes posibilidades que tienen para la evangelización.

Sentido y significado de la Semana Santa en una sociedad secularizada. Un momento en el que mucha gente sigue buscando respuesta a las principales preguntas del hombre y donde la ignorancia sigue siendo el gran enemigo.

El Papa Benedicto XVI habló de una “emergencia educativa”. No hay mayor pobreza que la ignorancia porque el ser humano busca el sentido y el sentido exige una razón en el ser humano y esa razón es el porqué de las cosas. No basta con ir a golpe de suceso y de eventos sino que nos preguntamos para qué estoy aquí, porqué trabajo, cuál es mi destino... Estas grandes fiestas en las que celebramos el gran misterio cristiano de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, si no hay una catequesis, si no hay una formación para explicar porqué se celebra este gran acontecimiento en la historia de la humanidad, -especialmente para los cristianos-, se queda en algo superficial. Puede ser que venga acompañado por algo de sentimiento que es bueno pero es algo pasajero y tiene fecha de caducidad. Depende de las emociones y los estímulos y cuando pasan, se queda en nada. Hay mucho sentimiento y eso es bueno. El pueblo de Granada tiene un gran sentimiento religioso y también tiene una formación de sus mayores que hay que actualizar y ponerla en su sentido porque se corre el riesgo de dejar de tener fe y empezar a tener credulidad que es algo muy distinto.

Pasión Muerte y resurrección de Cristo. El día del amor. En pocas horas se viven los momentos más importantes de la vida del cristiano. La celebración litúrgica es estos días muy rica

La procesión también tiene que ir por dentro porque si no, nos quedamos en algo exterior y pasajero. No es sólo el esfuerzo de un costalero que lo hace con todo el sentimiento y con la fe, pero también tiene que poner la cabeza. Es decir, porqué lo está haciendo y por Quién. Al mismo tiempo tiene que tener una traslación a la propia vida en una coherencia con esa fe que profesa. Con aquello en lo que cree. Y ese paso es el difícil. Las hermandades y las cofradías que tienen ese punto de atracción de la religiosidad popular connatural a la gente de sus padres, sus antepasados, de su ciudad, de su pertenencia a un barrio, tiene que servir como ámbito para formarse y llevar algún día a sus hijos. No quedarnos solo con las formas externas. La Imagen de Cristo en esa belleza de nuestra imaginería de Semana Santa, de Nuestra Señora la santísima Virgen en distintas advocaciones, sólo es interpretable cuando hay unos códigos en las personas que son los códigos de la fe.

Para los miles de cofrades granadinos son los días que llevan anhelando todo un año. Se preparan desde hace días para esos momentos cargados de significados para ellos.

Me he dado cuenta de que en Semana Santa la gente se reconoce con un signo de pertenencia a una hermandad y eso hace referencia a un barrio, a una familia, a una historia... El ser humano no está colgado de alfileres. Está colgado de tradiciones, de arraigo en una tierra, en una gente que son significativas para nosotros y nos hacen significativos para los demás. Esto también acude con lo religioso. Y aquí lo religioso con lo devocional en ese sentido profundo de fe es el de la religiosidad popular. Como dice el Papa Francisco es la fe encarnada en un pueblo. Es lo que vamos a vivir en estos días y es lógico que lo preparen, pero no podemos quedarnos en el Viernes santo. No podemos quedarnos solo en esa externalización sino hay que ir a un compromiso de fe personal y público que va más allá de lo externo en las calles y va en la transformación de la sociedad.

Después de un año participando de esta vida cofrade ¿Cuáles son a su juicio las fortalezas que tiene esta intensa actividad de las cofradías en la vida de la Iglesia de Granada?

Con la Toma de Granada y la reevangelización el gran instrumento fueron las órdenes religiosas. En estos momentos de secularismo, el gran instrumento, además de las asociaciones y los movimientos, es una piedad popular fuerte porque está metida en la gente y en los barrios. O fortalecemos la piedad popular, -las hermandades y cofradías encontrando su sentido formativo de caridad y culto, o muchas cosas se nos van a ir de las manos y van a quedar anquilosadas.

Ese reto no es sólo para los sacerdotes si no para todos los que son responsables de la cofradías.

Una Junta de Gobierno no es una junta de gestión. Eso lo podía hace cualquier elemento especializado en cofradías. Una junta de gobierno formada por hermanos y sobre todo el hermano mayor es un referente. No son sólo unas constituciones muy antiguas a veces. La piedad popular en Granada no es una traslación al siglo XVI porque hay sabia joven. Hay que hacer el esfuerzo, sin perder la esencia, de trasladar esa añada al siglo XXI con las formas de ahora y el empuje y el entusiasmo de siempre.

Cuando se habla de la catequesis, podemos pensar en lo “menos divertido” que tienen las cofradías y, sin embargo, es lo que les da más sentido a lo que sucede

Una catequesis no se puede dar con tambores y cornetas. Una madre nos enseña y no es necesariamente un rollo. Hemos aprendido a rezar en nuestras casas en el ambiente connatural de nuestro crecimiento y hemos aprendido lo principal cristiano de unos niños o unos jóvenes.

En esa connaturalizad hay que ofrecer con el lenguaje de las cofradías los fundamentos cristianos que va a servir para sus familias, sus trabajos, sus compromisos sociales y dirán que eso lo han aprendido en sus cofradías.

En su memoria estará a buen seguro la Semana Santa de 2023, su primera Semana Santa en Granada. El sentimiento, la belleza de los paisajes, la música, la devoción contrata con otra forma de devoción que es la castellana. Es una gran instrumento de apostolado, de acercar a Dios a tantas personas que presencian estas estaciones de penitencia. La belleza externa refleja una belleza interior mucho más profunda

Una cosa que he notado en Granada es que la gente que no vive su fe o no está en el ámbito de las cofradías es muy respetuosa con los Pasos. Se quedan con un respeto y se ve un aprecio y admiración al esfuerzo que hacen esas personas y que levantan un aplauso. Es una lección. Me he quedado admirado de esa seriedad buena de esta Semana Santa.

Un año más estará el arzobispo acompañando a las hermandades en su estación de penitencia en la catedral.

(Sonríe abiertamente) Evidentemente. Lo que aguante.. Porque los años ya se notan y las subidas y las bajadas... las corrientes de la puerta del Perdón me costaron un catarro impresionante. Aquí estamos y lo que aguantemos.

Este año en la catedral vamos a ver que hay una un paso de seis metros para que puedan garantizarse la seguridad de todos por la sobras en la torre de la catedral

Yo lo siento y pido disculpas. La catedral es una ”señora” con 500 años y necesita en un cuidado estético que no está en cremas si no en trabajo en albañilería y arquitectura. Aparte de costoso puede tener molestias y sirve también para ofrecerlo.

En estos días hay que acordarse especialmente de aquellas personas que lo pasan mal. Esa renovación de todos los cristianos en Semana Santa se tiene que notar en que estamos más pendientes de quien peor lo está pasando.

La imagen religiosa de Granada es las Angustias. No es sólo la imagen de Nuestra Señora, la santísima Virgen, sino la imagen de Cristo que Ella tiene delante. Ese Cristo muerto, que ha sufrido y que refleja los rasgos de una humanidad sufriente. Eso nos lleva a la inseparabilidad del misterio de Cristo y de María. Granada tiene fe en nuestro Señor y Nuestra Señora y mira al dolor humano que está representado y esto ha llevado en nuestra historia religiosa a personas como san Juan de Dios.

Ese amor a Dios que es inseparable del amor al prójimo que son como los brazos de la Cruz y al mismo tiempo el palo vertical, es lo que representa Granada que es la Cruz en definitiva: su impronta cristiana.

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