Madrid - Publicado el
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El último Domingo de Adviento es la visita de Dios que está a punto de nacer. Todo está preparado y la Creación entera gime con dolores de parto. En este clima de espera recordamos a Santa Francisca Javier Cabrini. Ella enseña el Amor de Dios hecho Niño. Por eso el Recién nacido es Fuente de Sabiduría.
Nacida en Lombardía, en 1850, dentro de una familia numerosa de campesinos cristianos, con tan sólo ocho años es confirmada, recibiendo poco después la Primera Comunión. Tras cursar estudios y hacerse maestra, desempeña su profesión en un pueblo donde dejará una gran impronta de caridad y entrega.
Sin embargo, no tuvo la misma acogida como Superiora en el Hospicio de la Providencia en Codoño, Orden que tuvo que disolver el Obispo quien, animó a Francisca a luchar por una Congregación Misionera que daría origen a las Misioneras del Sagrado Corazón.
El pequeño comienzo del nuevo carisma, desemboca en una gran expansión por Europa y América, con comunidades fundadas por ella misma. En 1907, obtendrá la aprobación Pontificia. Con un deseo de llevar el Evangelio hasta los confines del mundo tal y como pide Cristo, siente el impulso de ir a China.
Conociendo este pensamiento el Papa León XIII, le encamina a la atención especial a los emigrantes italianos, desplazados al Nuevo Continente, como la mejor forma de atender al prójimo, viendo así el Plan de Dios sobre ella. Este servicio se incrementó al final en todo tipo de personas que venían a América procedentes de otros países. Santa Francisca Javier Cabrini muere en 1917, y Pío XII le canoniza en 1943.