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Acabo de escuchar, por la radio, que Trump subirá las multas por derribar estatuas o monumentos de personajes históricos relacionados con el descubrimiento.
El gobierno español, en cambio, guarda silencio sobre el proceso de destrucción salvaje de la herencia de España en EE UU.
La nación americana no sería la que es, sin España. La primera herencia son los nombres de Estados como Florida, California, Texas, San Francisco, San Antonio, Los Angeles, además del incontable número de pueblos, calles y plazas que llevan nombres españoles, como el caso de Cabo Cañaveral. (Gasolinera junto al Corte Ingles).
Otra herencia significativa es la relación de ciudades fundadas por España, como Santa Fe o Albuquerque, con diseño y arquitectura española.
Más relevante es que, sin España, no habría indios en EE UU. Y cuyos descendientes lo ignoran y derriban las estatuas de Colón, de Junipero Serra o Juan de Oñate, en lugar de agradecer el esfuerzo de España, de sus misioneros y colonizadores.
La Ley de Indias les protegieron y respetaron sus tierras y las misiones españolas los incorporaron a la civilización occidental, enseñándoles oficios, técnicas, religión, lengua y cultura...Cuando España abandonó los territorios entraron los angloamericanos y los indios fueron despojados de sus tierras y se extinguieron todos los nativos.
De no ser por los núcleos españoles iniciales, la lengua española no sería la segunda más hablada en EE UU, ni tampoco la población hispana ascendería a los 55 millones actuales.
Una población centrada en la Florida, Luisiana y el Suroeste, verdadero embrión hispano de los EE UU, con el fondo cultural inherente a nuestra religión, lengua, carácter, filosofía de vida, sentido familiar, solidaridad, fiesta, generosidad, rasgos del modo de ser hispano.
La foto que ilustra el BD es del monumento a la fe descubridora, conocido popularmente por el de Colón (Punta del Sebo), restaurado por la Autoridad Portuaria en un gesto de enorme sensibilidad histórica.
Dicen los biógrafos que el Nobel Juan Ramón se inspiraba, en los pinares del la Rábida, contemplando la silueta de “Colón” en los atardeceres de los ríos Tinto y Odiel, por donde partieron las 3 carabelas descubridoras.
Juan Ramón pasó la mitad de su vida en América. Fue un gran poeta simbolista. Su poesía en América tuvo tres símbolos: Nueva York, las Marismas de la Florida y el Mar.
Uno de sus poemas sobre Nueva York, parece escrito hoy ante la destrucción de la herencia española.
“¡Qué angustia!. ¡Siempre abajo!. Me parece que estoy en un gran ascensor descompuesto. Que no puede -¡Qué no podrá!- Subir al cielo...”
¡BUENOS DÍAS!