Jesús del Gran Poder. Santa Misión 2021

"Puede ser un precedente que seguirán otras hermandades de Andalucía, es en lo que se refiere al motivo que ha propiciado todo este movimiento: llevar al Señor a los más pobres"

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

La salida de Jesús del Gran Poder en Sevilla, el pasado 16 de octubre, o la de éste último sábado, y los tres traslados procesionales que se sucederán, hasta el 6 de noviembre, cuando regresará a su Basílica, creo que puede marcar un punto de inflexión, en lo que serán las expresiones o manifestaciones de piedad popular, o al menos en la forma de celebrar las efemérides y aniversarios, en nuestra Andalucía.

Y no sólo, que también, por cuanto ha supuesto la primera procesión multitudinaria después de la pandemia, al tratarse de una de las imágenes de más arraigo y que mayor devoción concita, sino sobre todo por lo que ha motivado esta salida extraordinaria, y las que se sucederán en los próximos días: La Santa Misión, que se va desarrollar en las zonas más humildes de Sevilla, en la que el Señor visitará los Tres Barrios, de Los Pajaritos, La Candelaria, y Madre de Dios.

Podemos hacer diversas lecturas, de lo que ha supuesto esta salida del Señor, y todas nos sorprenden de una manera muy positiva:

En primer lugar, y en clave interna de la propia Hermandad, ha supuesto un reto increíble, que han sabido llevarlo a cabo de manera ejemplar, con un enorme esfuerzo organizativo, por parte de los miembros de su Junta de Gobierno, auxiliares, colaboradores, trabajadores y hermanos de la Hermandad.

Pude asistir a la última Misa en su templo, el viernes por la tarde, en la víspera de la salida, y me sorprendió y emocionó cuando al finalizar, el Rector, que presidía la Eucaristía, informó a todos los files asistentes, que en la sagrada comunión, se había consumido toda la reserva eucarística, quedando ya clausurado el Sagrario, horas antes de que, al día siguiente, el templo cerrara sus puertas.

Porque así es, en efecto. La Basílica ya está cerrada y así permanecerá, durante las tres semanas que el Señor estará fuera, en las tres parroquias en las que se va a desarrollar esta Misión. Pues no sólo se trataba de trasladar al Señor, sino que con Él, se ha trasladado toda su Hermandad, su infraestructura, sus recursos humanos, sus devotos… todo. Los cultos y otras actividades de la Hermandad se celebrarán donde esté el Señor; las gracias jubilares que les corresponden por el Jubileo que están celebrando, se alcanzarán donde esté el Señor; hasta los bares y restaurantes aledaños a la basílica, trasladan sus cocinas y ofrecerán sus conocidas y típicas tapas, en un ambigú con fines benéficos, en los barrios donde esté el Señor.

Debe subrayarse también, la generosidad demostrada por la Hermandad, y el reto organizativo que eso ha supuesto, al permitir que todos los hermanos e incluso devotos del Señor, pudieran portar sus andas, en estos traslados. Más de cinco mil solicitudes fueron atendidas, estableciéndose sucesivos tramos, para que pudieran llevarlo quienes así lo desearan, o lo necesitaran.

En segundo lugar, en clave externa, ha sido también encomiable el esfuerzo organizativo que ha sido necesario desarrollar en la ciudad de Sevilla, para las horas que el Señor va a estar en procesión por las calles; desde el comportamiento de los más de doscientos mil devotos que, según cifras oficiales, salieron a la calle durante el primer traslado, para ver pasar al Señor, llegados también de muchos lugares de Andalucía y de España, hasta el amplio dispositivo de seguridad, sanitario, de tráfico, etc, en el que se han implicado el Ayuntamiento y otras administraciones públicas, la colaboración del Arzobispado, del Consejo de Hermandades y de las Hermandades de la ciudad, bandas de música, colectivos vecinales de los barrios donde el Señor va a permanecer estas semanas… y por supuesto, las tres parroquias que lo acogen, y se convierten en su templo, las de la Blanca Paloma, Candelaria y Santa Teresa. Todos se ofrecieron para ayudar en lo que fuera necesario.

Por último, en tercer lugar, y esto es lo que considero más importante, por cuanto creo que puede ser un precedente que seguirán otras hermandades y cofradías de Andalucía, es en lo que se refiere al motivo que ha propiciado todo este movimiento: llevar al Señor a los más pobres, a los olvidados, a los que más lo necesitan; Iglesia en salida, a lo que nos llama el Papa Francisco. Ésta es la Santa Misión, con la que la Hermandad del Gran Poder ha querido conmemorar el cuarto centenario de la hechura de la talla del Señor. Podían haberse limitado a unos cultos solemnes seguidos de una procesión extraordinaria, pero quisieron ir más allá.

Una Misión, que pretende aquello a lo que todos estamos llamados: evangelizar. Que a través de la contemplación de la sagrada imagen del Señor, alguien se sienta atraído a seguir a Cristo. El Señor nos interpela, para que pongamos nuestra mirada y nuestra ayuda, en aquellos barrios y en las personas a las que va a visitar, para que dejen de ser los olvidados y excluidos de nuestra sociedad.

Una Misión santa, que no se limita ni empieza ahora, con el traslado del Señor a esas tres parroquias, sino que ya la Hermandad la puso en marcha años atrás, cuando decidió implicarse y ayudar, a los que más lo necesitaban, en los tres barrios. El precioso programa de voluntariado que pusieron en marcha, que llamaron “Cirineos del Señor”, se concreta en diversas áreas pastorales de actuación, focalizadas en ayudar a las necesidades que tienen las personas que viven en esas zonas: atención alimentaria, educativa, sanitaria, orientación jurídica y administrativa, empleo, juventud, catequesis…. Un proyecto, que tampoco acabará cuando el Señor vuelva a su Basílica, muy al contrario, ahora se potenciará y conseguirá la implicación de otros muchos colectivos y personas, con la idea de mantener esa línea de trabajo, de ayuda a los necesitados y de evangelización. Es así como el Señor seguirá revelando su Gran Poder, junto a sus predilectos, los que más lo necesitan.

Creo que tras esta preciosa experiencia, será todavía más verdad aquella frase:

“El Gran Poder cuando pasa, no pasa, siempre se queda”.

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