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#YoconmiObispo

Lo que sí espero es que a partir de ahora, como la Iglesia y los obispos son tan malos, todos aquellos políticos que están tan ofendidos no acudan a ninguna procesión

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Es realmente curiosa esta sociedad que estamos construyendo entre todos, o más bien estamos dejando que la construyan por nosotros. Un país donde diariamente tenemos que escuchar aquello tan manido ya de la lucha por la libertad en boca de quienes se erigen como los únicos garantes de la misma y que la toleran siempre y cuando sea el mensaje que ellos defienden. Porque si lo que dice otro no les gusta comienza esa campaña mediática y sin pudor que arrasa con todo para al final intentar crear un mundo donde todos pensemos y hablemos de la misma manera. Y esto que digo no representa a ningún partido, si no a mí mismo y a tantos como estamos cansados de tener que soportar una sociedad dirigida y endeble, donde todo molesta y donde no se puede decir nada.

Esto mismo ha sufrido ya el obispo de Huelva, Monseñor Santiago Gómez, en cuanto ha dicho lo que han firmado todos los obispos de las diócesis de Andalucía y que, por otra parte, que no es nada nuevo. Si dices lo que no quiere escuchar la caverna ya sabes lo que te pasa. Da igual que el obispo dijera también en su homilía cosas tan hermosas y tan sociales como: “Blanca Paloma almonteña, intercede para que pare el horror de la guerra y el sonido de las bombas en tantas partes del mundo, especialmente en la nación ucraniana; para que seamos artesanos de amistad y concordia en todos los ámbitos de nuestra vida. Robadora de corazones, moldea los nuestros con los dones del Espíritu, para que estemos cerca de los refugiados, de los inmigrantes, de los pobres, de los que no cuentan, de los enfermos”.

Ni que decir tiene que esto le lleva defendiendo la Iglesia Católica desde hace siglos, no como aquellos que lo proclaman ahora (desde la mentira) buscando un sueldo para vivir de la política. Porque es que además no sólo lo predica, sino que lo materializa cada día. La Iglesia es la única institución que no pide credo, raza ni religión para ayudar al que lo pasa mal. Son los miembros de esa Iglesia “tan mala” los que están donde no están ninguno de estos parlanchines con los bolsillos llenos, esos que jamás se mancharán las manos con los enfermos ni con los que viven en la calle. Los que nunca tendrán una cola de pobres en las puertas de las sedes de sus partidos ni sentirán la muerte de un niño en sus brazos, víctima de la miseria que ellos mismos provocan en el mundo. Ay, si las hermanas de la Cruz fueran comunistas, cuantos premios a la mujer tendrían su nombre...

El obispo de Huelva no hizo política ni rechazó a nadie, sólo recordó lo que como cristianos debemos tener en cuenta a la hora de ejercer el voto, básicamente porque son los principios morales de la Institución. Y aparte, podrá decir lo que le dé la gana, ¿no? ¿O no habíamos quedado en que vivíamos en democracia?

Este país de la piel fina es el mismo que se llena en el alma de libertad para después ser tan ruin de querer cerrar la boca al que incomoda. Es la España donde en el Congreso de los Diputados cabe decir de todo y mentir sin escrúpulos, pero la Iglesia tiene que estar callada.

Es la misma clase política que aplaude a Cáritas (sin nombrar que es de la Iglesia Católica) porque le quita los muertos de socorrer a aquellos que las administraciones se niegan a ayudar. Porque jamás tenderán su mano a esos pobres de solemnidad. Nunca ningún gobierno llegará a los últimos de los últimos. Para eso ya está la Iglesia. Pero eso sí, que ni se le ocurra hablar.

La Iglesia es la única que habla de amor diariamente, mientras los políticos se insultan y tratan de aniquilar al adversario. Pero no podemos pretender que la Iglesia se convierta simplemente en un enorme comedor social donde haya que estar a las órdenes de un gobierno determinado. La Iglesia tiene unos principios y al que no le gusten pues tampoco tiene obligación de estar. Es, además, la España donde hay políticos que felicitan las celebraciones de otras confesiones religiosas, pero que nunca tiene un gesto para la Iglesia que quita el hambre a millones de los ciudadanos que ellos representan.

El obispo de Huelva no dejó a nadie al margen, simplemente porque construyó, como la Iglesia, una comunión en torno a la Virgen, como es el Rocío. Recordemos que los que defienden, por ejemplo, el aborto después no quieren que se mate a un toro en la plaza o que comamos carne para no sacrificar a ningún animal. Es la coherencia de esta sociedad. Y, claro, en esas cómo vamos a pedir que entiendan lo que dice la Iglesia. Construir una sociedad poco formada, incapaz de pensar por sí misma y sin valores es la mejor opción para controlarla, someterla y hacerla pensar de una sola manera. O más bien no hacerla pensar.

El obispo puede decir lo que quiera, que para eso es un ciudadano libre. Y la Iglesia, como institución, puede pensar y defender lo que quiera. En eso consiste el sistema en el que vivimos. ¿O es que al final no les va a gustar a alguno esto de la democracia? Con todo lo que se han llevado, con todo lo que se ha robado, con todo lo que se ha despilfarrado, con todas las barbaridades que se han dicho.... y ninguno de los que han pertenecido a esos partidos han tenido la decencia de masacrar a sus compañeros que han cometido delitos. Y los únicos culpables de todo lo que pasa en España son el Rey y la Iglesia.

Lo que sí espero es que a partir de ahora, como la Iglesia y los obispos son tan malos, todos aquellos políticos que están tan ofendidos no acudan a ninguna procesión, no vuelvan a coger una vara ni asistan nunca más a una romería. Es la coherencia que se exige para quien se ha manifetado abiertamente contra la institución. Y espero también que las hermandades y sacerdotes estén a la altura y no les hagan la campaña poniendo a candidatos (no cargos institucionales) de cualquier partido en las presidencias de los pasos, carretas o en lugares privilegiados. Si no hay que mezclarse con la política, pues políticos fuera de las procesiones y de actos de la Iglesia. A ver lo que duran en aparecer para buscar votos...

Herrera en COPE

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