Lourdes Moya, la voz de la memoria en la provincia de Huelva: "Me siento choquera de adopción"

Desde noviembre de 2024, Lourdes Moya ocupa el cargo de fiscal delegada de Derechos Humanos y Memoria Democrática en la Fiscalía Provincial de Huelva. En estos primeros meses, ha trabajado intensamente en contacto con víctimas, plataformas y asociaciones, consolidando una labor que busca la dignificación de quienes sufrieron la represión durante el alzamiento militar, la Guerra Civil, la posguerra y la dictadura franquista. "Espero que las víctimas estén contentas con el trato que reciben", afirma Moya, quien destaca que la Fiscalía ofrece un día al mes para atender personalmente a quienes buscan justicia y reparación dentro del marco legal.

La Memoria Democrática es un pilar fundamental de su trabajo y, según explica, la ley 20/2022 establece cuatro principios esenciales: derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación y el principio de no repetición. "Es una ley con una clara vocación de reparación", destaca, enfatizando la necesidad de reconocer el sufrimiento de las víctimas y garantizar que hechos similares no vuelvan a ocurrir.

Uno de los aspectos más dolorosos que Moya subraya es la represión específica sufrida por las mujeres. "Si bien tuvieron el mismo trágico destino que otros represaliados, las vejaciones que padecieron fueron especialmente crueles por el simple hecho de ser mujeres". Recuerda que muchas fueron violadas, exhibidas desnudas con la cabeza rapada y sometidas a brutales castigos antes de ser ejecutadas y arrojadas a fosas comunes. Además, denuncia cómo el régimen franquista estableció un ideario en el que la mujer no era considerada un ciudadano de pleno derecho, sino una figura subordinada al marido y a la familia.

La fiscal también analiza la evolución de los derechos de la mujer en España, recordando que hasta 1975 una mujer necesitaba el permiso de su marido para trabajar, abrir una cuenta bancaria o simplemente sacarse el carnet de conducir. "Hasta 1981, la patria potestad de los hijos era exclusivamente del padre", menciona, subrayando la importancia de reivindicar el 8 de marzo no solo como un día de conmemoración, sino como una jornada de concienciación y lucha por la igualdad.

En el ámbito de la Memoria Democrática, Moya explica que la ley establece un deber de investigación sobre las violaciones de derechos humanos cometidas durante el franquismo y la transición. "El derecho a la verdad no es solo de las víctimas, sino también de sus familiares y de la sociedad en su conjunto", indica. A través de diligencias preprocesales, la Fiscalía de Huelva trabaja para documentar los casos y ofrecer un reconocimiento formal de las injusticias padecidas.

Uno de los temas de actualidad en Huelva es la transformación de la antigua cárcel del barrio de Isla Chica en un centro cultural. Este edificio, reconocido como espacio de memoria histórica por la Junta de Andalucía, fue un lugar de represión política y también un centro de internamiento para homosexuales durante el franquismo. "Es fundamental que el futuro espacio cultural preserve su señalización y memoria histórica", advierte Moya, quien considera esencial que haya un reconocimiento permanente a las víctimas en este lugar.

A pesar de la carga de su trabajo, Lourdes Moya se muestra entusiasta y comprometida con la ciudad en la que ejerce. "Huelva me ha acogido y me siento choquera de adopción", confiesa. Con su dedicación, busca que la memoria histórica no se pierda y que las generaciones futuras entiendan la importancia de la verdad, la justicia y la igualdad en la construcción de una sociedad más justa.