MEDICINA DEPORTIVA

Qué es el síndrome de hombro de nadador: los síntomas que te ayudarán a saber si lo padeces

Es una de las patologías más comunes en la población y que probablemente pasaremos a lo largo de nuestra vida

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Síndrome hombro del nadador: "El 70% de las personas lo padece"

Emilio Guerrero

Málaga - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La natación, al ser un deporte sin impacto, es uno de las actividades con menor índice de lesiones.El doctor Vicente De la Varga, traumatólogo y experto en cirugía ortopédica desde su clínica CAMDE de Málaga, considerado uno de los 50 mejores médicos privados de España por Top Doctors explica la natación es uno de los deportes menos lesivos: "Yo que me dedico desde hace años a tratar lesiones en deportistas, posiblemente sea a nadadores a los que menos he tratado. Sin embargo, al tratarse de un deporte en el que se realizan movimientos iguales de forma repetitiva presenta una patología característica, que se denomina hombro del nadador. Básicamente consiste en la inflamación de los tendones del manguito rotador por el roce con el acromion". A continuación, el doctor de la Varga explica de manera detallada en que consiste esta lesión y cuáles son las formas de trataralas.

PATOLOGÍA

En el hombro hay dos capas musculares, la externa, la visible, la que le da la forma redondeada al hombro que es el deltoides, un músculo grande y poderoso que se encarga de levantar el brazo. Por debajo está la segunda capa que se corresponde con el manguito rotador, que está formado por los músculos, infra y supraespinoso, la porción larga del bíceps y el subescapular. Su función es rotar el hombro una vez hayamos levantado el brazo. El problema radica en que los tendones del manguito rotador, sobre todo el supraespinoso discurren por un espacio, por un desfiladero estrecho entre dos relieves óseos, la cabeza del húmero por debajo y el acromion por arriba. El acromion es el hueso que nos palpamos arriba, en lo alto del hombro y que se continúa hacia atrás con la escápula y por delante con la clavícula. Pues bien, al deslizarse el tendón del supraespinoso por ese desfiladero que se llama espacio subacromial puede rozar e ir desgastándose, causando lo que se conoce como un síndrome subacromial, que en los nadadores se llama hombro del nadador y el resto de los mortales lo conocemos como un hombro doloroso.

INICIO MOLESTIAS

Es la causa más frecuente de dolor de hombro, de hecho, lo sufre en algún momento el 70% de la población, y entre los nadadores, el 80% lo sufrirán en algún momento de su carrera.

Consiste en un dolor continuo en la parte anterior del hombro, que aumenta con movimientos cotidianos como subirse el pantalón, abrocharse el sujetador, ponerse el cinturón en el coche o ponerse la camisa. Incordia mucho para dormir, no hay forma de encontrar la postura, y es típico que dure muchos meses alternando periodos de tempestad y de calma.

Para evitar que roce el tendón con el hueso en el hombro hay una especie de almohadilla interpuesta entre ambos. El hombro doloroso comienza por una bursitis, por una inflamación de esta almohadilla. En estos momentos la combinación de una fisioterapia apropiada y una infiltración guiada por ecografía en la bursa con un corticoide suele solucionar el problema.

TRATAMIENTO

Si el roce persiste porque el espacio es muy estrecho, el tendón empieza a degenerarse, a desgastarse, es lo que conocemos como tendinosis. En este momento ya no sirven los antiinflamatorios, que podrán inicialmente aliviar el dolor, pero que no impedirán que vuelva. Es el momento de regenerar el tendón, y esto lo conseguimos infiltrando plasma rico en plaquetas, que como vimos al hablar de la ortobiología tiene la capacidad de estimular la formación de tendón sano.

Pero puede ocurrir que el espacio subacromial sea muy estrecho y siga rozando con el tendón hasta romperlo, causando una rotura del manguito rotador que es muy invalidante, al limitar mucho la movilidad de hombro. Cuando aparece una rotura del manguito la única solución es quirúrgica y se hace mediante una artroscopia, mediante dos o tres pequeños agujeritos y guiados por una microcámara.

La cirugía tiene dos partes, por un lado, hay que reconstruir los tendones rotos, lo que se suele hacer ayudándonos con unos pequeños arpones que se clavan en el hueso y sirven de apoyo a la sutura, y por otro lado hay que limar la parte inferior del acromion para aumentar las dimensiones del desfiladero y evitar que roce con el tendón.

Es una cirugía sencilla, pero que tiene un largo periodo de recuperación pues hay que esperar que el tendón reconstruido se pegue, cicatrice, y esto son 6 semanas inmovilizado, por lo que luego conlleva una rehabilitación larga y penosa para recuperar la movilidad.

Suele ser una cirugía muy exitosa, pero lo mejor es atajar el problema antes de que se rompa el tendón. Nuestro criterio es que si con la infiltración inicial con corticoides no solucionamos el problema y en la resonancia se aprecia un espacio estrecho y un tendón degenerado es mejor hacer la artroscopia y limar el acromion antes de que se rompa el tendón. Evitamos males mayores y con un periodo de recuperación muy corto.

Sobre todo, si llevamos un tiempo con molestias en el hombro hay que acudir al traumatólogo para que vea en qué fase estamos y cómo podemos solucionarlo de una forma definitiva

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