Así funcionará la prueba rápida del coronavirus que se está diseñando en Málaga

Detectar cuanto antes el coronavirus es una de las claves de la pandemia. Por eso, un equipo de la Universidad de Málaga está trabajando en un sistema que permita detectar de forma rápida, fiable y barata el coronavirus, de una forma mucho más ágil que ahora.

El proyecto consiste en detectar la presencia del virus a través de unos sensores: se extrae una muestra del paciente, se coloca sobre una especie de fibra óptica en miniatura y esos sensores responden de una u otra manera si hay o no hay presencia del virus.

LA GRAN VENTAJA DE ESTE SISTEMA

Al frente del proyecto está el investigador del Departamento de Ingeniería de Comunicaciones de la Escuela de Telecomunicación de la UMA, Robert Halir, que explica cuáles son las principales diferencias con los sistemas que se utilizan ahora.

“Las pruebas PCR a las que estamos acostumbrados y que son muy precisas requieren de una preparación muy extensa de la muestra y de un procesado muy sofisticado”, explica el ingeniero, que añade que por ese motivo “las pruebas PCR suelen tener ese retardo de varios días que todos conocemos”.

“La gran ventaja de nuestro sistema, si llega a funcionar, es que realmente podríamos tener los resultados en una fracción de una hora, en unos veinte minutos aproximadamente, por lo que estimamos”, asegura Halir.

EN TIEMPO REAL Y A COSTE REDUCIDO

Es decir, que este sistema permite conocer los resultados en tiempo real y a coste reducido. Unas pruebas que se podrían hacer en los ambulatorios. “Esas pruebas se podrían hacer en los mismos centros de salud”, donde habría “una pequeña máquina en la que se introduce la muestra del paciente y ahí mismo, el paciente podría esperar a tener el resultado... tendríamos ese nivel de inmediatez y sería mucho más cercano al usuario final porque las pruebas no tienen que ir a un laboratorio, evaluarse y volver, sería todo in situ, en la misma oficina del médico de cabecera o en el centro de salud”, explica el ingeniero de la UMA que lidera el proyecto.

El proyecto está en investigación y habrá que esperar al menos un año para que se plantee su comercialización. “Aproximadamente tardaremos un año en evaluar [el sistema] desde el punto de vista de laboratorio y, si todo fuera extremadamente bien, podríamos tener un prototipo que probar en un escenario clínico en otro medio año... estamos hablando, como mínimo, a un año y medio vista”, según los cálculos de este equipo de investigadores.

“Pero ocurre igual que con la vacuna... desafortunadamente, la ciencia no puede hacer magia”, añade. Por tanto, es un sistema que servirá para detectarlo en esta nueva vida en la que también estará el coronavirus.

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