Un estudio revela la sorprendente relación de las medusas con la nieve

Ya hay playas en España donde está permitido darse un baño. Poco a poco las zonas de costa van retomando su normalidad. Las altas temperaturas ayudan a que nos acerquemos de nuevo a los paseos marítimos y nos apetezca darnos un buen chapuzón en el mar. Aguas cristalinas, arena fina, buena meteorología... todo está perfecto para sumergirnos en el mar, sin embargo, estos planes se pueden ir al traste por la presencia de un enemigo que emerge en verano: las medusas.

Las medusas pueden ser de diferentes tamaños y su picadura nos amenza con fastidiarnos el día de playa. Cada verano se producen rachas donde multitud de enjambres llegan desde alta mar hasta la costa y nos impiden disfrutar del baño. Sobre la proliferación de medusas se han hecho múltiples estudios, uno de los más valorados suele ser que la disminución de sus depredadores naturales ayuda a aumentar su presencia, de hecho hay planes en marcha para introducir las tortuga bobas en el Mar de Alborán y así ayudar a controlar las plagas de medusas. Sin embargo, lo que desconocíamos es que la proliferación de las medusas en el Mar de Alborán está relacionado con la nieve de Sierra Nevada.

RELACIÓN DE LA NIEVE CON LAS MEDUSAS

Así lo revela un estudio desarrollado por científicos de la Universidad de Málaga(UMA): “Los años que hay mucha nieve en Sierra Nevada y se produce el deshielo entra más agua dulce en el Mar de Alborán que otros años. Este agua dulce se queda en la superficie porque al no tener sal no se hunde y evita que se produzcan los afloramientos de agua fria del interior de la profundidad del mar y calienta la superfiecie del mar y eso afecta a la fisiología de las medusas, porque ayuda a la maduración de las gónadas y hace que proliferen y lleguen en mayor cantidad a las playas. La atmósfera y el mar están teleconcectados y eso afecta a los bañistas,” explica en COPE el catedrático de la UMA Raimundo Real, investigador de la Cátedra Ciencias del Litoral de la Costa del Sol.

Lo sorprendente es que para encontrar explicación a este fenómeno hay que trasladarse a miles de kilómetros, hasta el Atlántico Norte: “El Mar de Alborán funciona como un macro ecosistema que está teleconectado con los movimientos atmosféricos muy lejos del propio Mediterráneo. Hay una relación entre la oscilación del Atlántico Norte que hace que en las Azores se instale un anticiclón o una borrasca, y una oscilación Ártica alrededor del Polo Norte, esto está relacionado con la meteorología en la Península Ibérica porque esta corriente ártica hace que entre en la península precipitaciones en forma de nieve”.

Esta relación tiene un nombre: teleconexión ecológica, lo que es lo mismo, conexión a distancia en espacio y tiempo ya que requiere un tiempo para que se desencaden los acontecimientos.

GIRO ANTICICLÓNICO CLAVE PARA QUE NO LLEGUEN A LA COSTA

Pero no podemos caer en el error de que siempre que haya proliferación de medusas en la costa se deba a la presencia de nieve abundante en Sierra Nevada:”No siempre cuando lleguen medusas a la costa es por el deshielo. Si es año de nieves va a ver proliferación de medusas. La especie más abundante es la medusa pelagias noctilucas que es abundante en alta mar. Su presencia en las playas las determina el giro anticiclonico occidental del Mar de Alborán. Se trata de una corriente circular de agua en alta mar que mantiene a las medusas retenidas en su interior-. Cuando este giro se debilita, por cambios en el chorro de corriente que entra por el Estrecho de Gibraltar o por el efecto de algunos vientos, en principio, las medusas no proliferan pero cambian su distribución y alcanzan con más facilidad las playas,” explica el catedrático Raimundo Real.

Por lo tanto ya sabes, año de nieves...ano de medusas.

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