PROTOCOLOS
Las increíbles razones por las que la pandemia está más controlada en China que en España
Un viajero relata la odisea que supone entrar en China y los estrictos protocolos que tienen que pasar
Málaga - Publicado el - Actualizado
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La manera de controlar la segunda ola de la pandemia generada por el COVID -19 sigue dando mucho que hablar. Muchas son las voces que se levantan en contra de la manera de actuar del Gobierno de España a la hora de frenar el avance del virus.
Es época de restricciones en todas las comunidades del país, toque de queda, cierre de comercios a las seis de la tarde, limitación a la hostelería y el deporte… En definitiva una serie de medidas con el objetivo de contener al coronavirus.
Sin embargo, no queda muy claro si el control del virus se lleva también de manera estricta en los diferentes aeropuertos de España. Está claro que los aeródromos son la principal puerta de entrada para las personas que llegan a nuestro país procedente del extranjero. En comparación con otros países, las medidas para controlar a los viajeros que llegan desde fuera, parecen bastante laxas.
La prueba más evidente la encontramos con la gestión que se hace China para las personas que entran al país. El país donde emergió el COVID – 19 ha logrado frenar en gran medida la expansión del virus y empiezan a hacer en gran medida vida normal, y en buena parte gracias al férreo protocolo de entrada.
Así lo relata en un hilo viral en twitter el usuario denominado “Nyscalo” residente en la ciudad china de Shangai y que detalla la odisea que tuvo que pasar para entrar en China cuando voló desde Madrid.
Su viaje comienza en España donde empiezan los trámites burocráticos: “A parte del visado en regla, necesitas presentar una PCR con resultado negativo hecho en las 72h previas al vuelo. Tienes que enviar el informe del test a la Embajada china, que te lo devolverá sellado vía email” comienza el relato.
ATERRIZAJE EN CHINA
Pero la verdadera odisea comienza una vez que el avión aterriza en China: “Ya en Shanghái, nos van sacando del avión en pequeños grupos; el desalojo puede durar hasta dos horas. Al poner un pie en el aeropuerto, te das cuenta de que has aterrizado en otro planeta. Absolutamente todo el personal del aeropuerto viste con traje protector, capucha y escudo facial incluidos”.
Una vez completado el desalojo del avión los viajeros quedan en manos de las autoridades de China: “Nos asignan un código QR. No hay nada abierto, ni se escuchan anuncios por megafonía. Parece vacío, pero está lleno de gente que, como yo, hace las colas en silencio. Todo está perfectamente organizado, tanto que comienzas a sentirte como una rata en un laboratorio”.
HOTEL ESPECIAL
En contra de lo que pudiera parecer, aquí no se termina la historia, los viajeros no pasarán la cuarentena en casa, sino que, son enviados a un hotel: “En el hotel haremos la cuarentena. Por si os lo estáis preguntando: sí, el hotel lo paga el viajero. Y no, no lo elije él. Y sí, todo el mundo tiene que hacer cuarentena vigilada, tanto chinos como extranjeros” relata el protagonista de la historia.
La rutina en el hotel está perfectamente establecida y protocolizada y no se deja nada fuera de control: “Al llegar te dan un termómetro y unas pastillas de lejía para que disuelvas en las heces antes de tirar de la cadena. El mío era decente, pero solo eso. La comida pasable, aunque a lo largo de los días se hacía cuesta arriba. Cada día tienes que enviar a través de un QR tu temperatura corporal, a las 9 y a las 2. Prohibido dejar la habitación bajo ningún concepto. Puede pedir comida fuera: leche, galletas o pan de molde, pero nada que venga cocinado de un restaurante” explica.
Este español residente en Shangai, al ser residente del país pudo pasar la segunda semana de la cuarentena en su domicilio, pero el control en su hogar también fue extremo por parte de las autoridades chinas: “El día antes del traslado en furgoneta, mi mujer me llamó para decirme que acababan de instalar un sensor en la puerta y una cámara de seguridad. El traslado fue en una furgoneta. Dos tipos vestidos de astronauta me llevaron hasta mi urbanización. Allí, dos policías me esperaban para leerme lo que serían mis obligaciones. Dos veces al día venía un médico a medirme la temperatura.”
Tras dos semanas de estricta cuarentena, y someterse a dos últimos de test PCR, nuestro protagonista por fin era libre para volver a su rutina habitual.
VUELTA ESPAÑA
Ese es el estricto protocolo que se hace para ir a China. Las diferencias salen a relucir si hacemos el camino inverso ¿qué protocolo se hace en España para recibir a los viajeros? El propio protagonista es tajante y nos revela su experiencia: “Lo único que tuve que hacer al llegar a Barajas fue rellenar un formulario… a mano”
Claras diferencias que demuestran las diferencias para contener el virus entre un gobierno y otro.
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