Conoce los trucos para que la ropa blanca te quede perfecta

Son fáciles, sencillos y económicos. Con estos consejos tus prendas tendrán (por fin) un blanco nuclear.

Ropa blanca

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

El paso del tiempo consigue que nuestra camisa blanca favorita vaya tiñéndose de amarillento. Es entonces cuando decidimos guardarla en el último cajón o tirarla directamente a la basura. Y es una pena, porque muchas veces exclamamos con resignación esa frase: “Pero si está nueva, me la he puesto muy poco”. Sigue estos fáciles y económicos consejos y tu ropa blanca lucirá como el primer día.

Huye del efecto blanco amarillento. Para conseguir otros resultados, puede que recurras a ella sin pensarlo, pero si hablamos de ropa blanca, lo mejor es no abusar de la lejía. El motivo es que si abusamos de su uso, las sábanas o toallas terminarán cogiendo ese tono amarillento tan poco favorecedor. Y para colmo, se trata de un producto que utilizado en exceso puede dañar los tejidos. Es cuando se producen las roturas en nuestras prendas. Por tanto, aunque creas que la lejía es el mejor remedio para blanquear nuestra ropa, hay otras fórmulas que te pueden ayudar a conseguirlo.

Limones para recuperar los blancos más olvidados. Este es uno de esos trucos que usaban nuestras abuelas. No ha pasado de moda porque es uno de los más efectivos si quieres que tus prendas recuperen ese blanco nuclear. Resulta tan sencillo como barato. En primer lugar tienes que poner a hervir agua. La cantidad siempre dependerá del tamaño de la prenda. Le agregas un tapón de detergente, el zumo de tres limones y un poco de sal. Sumerges la prenda en la mezcla anterior y la dejas en remojo una hora. Si ves que necesita más tiempo, puedes dejarla reposar e ir dándole una vuelta de vez en cuando. Una vez que veas que la ropa ha quedado blanca, la enjuagas con abundante agua y a secar.

El sol, nuestro mejor aliado. La ropa blanca, tiéndela siempre al sol. Conseguirás que el blanco reluzca como el primer día. Un consejo; tiende siempre en las horas centrales del día y déjala varias horas expuesta al sol. Recuerda que los rayos de sol tienen que darle directamente si quieres conseguir el efecto deseado. Si ves que hay zonas de tu ropa donde los rayos no dan directamente, no te preocupes. Puedes ir cambiándolas de posición para que el sol haga su efecto en toda la prenda. Notarás la diferencia en los resultados.

Atrévete con la leche y el vinagre. ¿Por qué no? Son productos que habitualmente tienes en tu despensa, así que aprvéchalos. El vinagre es un limpiador natural y resulta una de las opciones más económicas y efectivas que existen. Vierte en un barreño la ropa que quieres blanquear y añade una taza de vinagre. Es muy importante que sea blanco. Si olvidas esto, tu ropa no quedará blanca nuclear. Déjala reposar unos 30 minutos y a continuación enjuágala con agua muy fría. Una vez terminado el proceso, métela en la lavadora y lávala normalmente. Recuerda que si quieres que el efecto sea aun mayor, debes tenderla al sol. Tendrás esos resultados excelentes que esperas.

Percarbonato de sodio. Tienes que aprenderte de memoria su nombre porque es uno de los grandes aliados de la ropa blanca. Tenlo siempre en tu despensa. Lo venden en supermercados y droguerías y te ayudará con las manchas más difíciles. Por ejemplo, esa camisa que se te ha manchado de grasa o el pantalón que tiene una mancha de bolígrafo que no puedes quitar. Resulta un blanquean perfecto que puedes añadir en la lavadora junto al detergente y el suavizante. Un truco infalible: échalo directamente en el bombo de la lavadora y deja el lavado en pausa durante toda la noche. Al levantarte, continúa con el lavado. El resultado te convencerá.

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