Don Ángel, el médico rural que visita a sus pacientes en bici: "No miro el horario"

Reconoce que la medicina rural es apasionante y que su relación con los pacientes es mucho más cercana que en las grandes ciudades: "Son amigos"

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Don Ángel, el médico rural que visita a sus pacientes en bici: "No miro el horario"

Yolanda Guirado

Sevilla - Publicado el - Actualizado

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Cuando llegó a aquel pequeño pueblo sevillano, nunca pensó que se quedaría allí para siempre. Han pasado más de cuarenta años. Y hoy, como cada día, Don Ángel ha cogido su bicicleta para visitar a los enfermos. Pero antes, ha pasado consulta en el único consultorio que hay en el municipio.

Don Ángel es el único médico que hay en el pueblo sevillano Cañada Rosal, un municipio que cuenta con unos 3.000 habitantes. Cada mañana, abre el consultorio. Cuando llega hay ya pacientes en la puerta esperando. No todos tienen cita, aunque sí intenta recibirlos a todos.

Don Ángel ha publicado El paciente de la sierra mecánica, donde cuenta sus vivencias

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Hay pacientes que acuden porque tienen una dolencia. Otros acuden a verlo, sólo quieren hablar con él. Y es que la relación con los pacientes en un municipio tan pequeño es muy cercana: “ No tiene nada que ver con la relación médico – paciente en las grandes ciudades”.

Y reconoce que algunos se sientan a contarles algún problema o a darle una alegría que han tenido en su casa. Don Ángel los escucha a todos.

Es lo bueno que tiene la medicina rural". Hay tiempo para todos. “Aunque tengo asignados diez minutos por paciente, con algunos estoy hasta veinte minutos. Yo no tengo horarios”.

Sí reconoce que es una medicina compleja, porque el médico debe tener amplios conocimientos, ya que en estos pequeños pueblos solo hay uno. Por eso dice, “hay que incentivar a los médicos más jóvenes de forma económica, ya que muchos de ellos tienen que hacer muchos kilómetros hasta llegar a su lugar de trabajo”.

En su retina, muchas anécdotas y recuerdos, como aquellas guardias sin teléfonos móviles. “Recuerdo que cuando teníamos que salir a comer, dejábamos un cartel en puerta del consultorio diciendo que estábamos almorzando en el bar”. Eran otros tiempos. Hoy, el servicio médico sigue siendo prioritario en municipios como Cañada Rosal.

Anécdotas para escribir un libro

Pero sí hubo un día que le marcó para siempre, fue el momento en el que salvó la vida de su hija: "Tuvo un accidente y yo era el único médico. Tuve que asistirla para salvarle la vida. Fue muy duro para mí pero tuve que actuar como médico y dejar de lado que era su padre. Si no lo hubiera hecho, habría muerto."

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