La mochila de doce kilos que habría llevado al soldado Carlos León a la muerte: "Un castigo"
La acusación particular detalla lo que pasó la mañana del 21 de diciembre de 2023 durante unas maniobras en Cerro Muriano (Córdoba), donde dos soldados murieron
Sevilla - Publicado el - Actualizado
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La mochila de Carlos pesaba doce kilos. El peso extra respondía a un castigo. Así lo ha expresado la acusación particular en una rueda de prensa ante medio centenar de periodistas.
El abogado de la familia de Carlos León Rico asegura que hubo un cúmulo de negligencias en la maniobra que realizaron el 21 de diciembre en Cerro Muriano (Córdoba) y en la que fallecieron dos personas, el soldado Carlos León y el cabo Miguel Ángel Jiménez.
El castigo del capitán
Según han confirmado compañeros de Carlos León Rico, además del frio y la poca visibilidad, había un castigo adicional porque los soldados habían hecho un ejercicio mal durante las maniobras.
Por este motivo, Carlos y algunos de sus compañeros cargaban una mochila que llevaba en su interior una pesa de tres kilos y medio. Esta pesa sumada al resto de pertenencias, portaban a sus espaldas 12 kilos. Con este peso tuvieron que meterse en el agua donde la profundidad llegaba hasta los tres metros.
Helados de frío
La acusación particular ha confirmado que los soldados no tenían línea de vida en aquella maniobra que realizaron el 21 de diciembre, sólo una cuerda guía para entrar en un lago que tiene hasta tres metros de profundidad.
Además, el frío del agua les impedía moverse con facilidad. Aún así, siempre según la acusación particular, el capitán les obligaba a no agarrarse a la cuerda que servía de guía y les ordenaba que movieran las extremidades.
Según los testigos a los que la Guardia Civil ha tomado declaración durante la investigación, cuando quisieron agarrarse porque temieron por su vida, el capitán les ordenó que no se agarraran a la cuerda.
Además, los supervivientes han contado que estaban muy cansados. Llevaban varios días durmiendo una media de tres o cuatro horas y ese día se habían levantado a las 5 de la mañana. Y desde primera hora estaban haciendo ejercicio físico. De hecho, algunos soldados habrían pedido al capitán que suspender la maniobra, sin éxito.
Según los testigos, el capitán sólo entró en el agua al final. En los primeros momentos de la tragedia, se habría dedicado a dar instrucciones a los tenientes para que sacaran a los soldados del agua.
Solos ante el riesgo
Todas las maniobras tienen algún riesgo. Es algo que ha reconocido el capitán. Y sin embargo, a pesar del riesgo, la acusación insiste en que se realizaron sin ningún tipo de asistencia. De hecho, la ambulancia tardó al menos quince minutos en llegar.
Por todo ello, la acusación particular ve una acumulación de negligencias de las que acusa a toda la cadena de mando y al Ministerio de Defensa. Y cree que estamos ante un doble homicidio imprudente.
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