La panadería malagueña que elabora el pan más caro del mundo: "Todo empezó con una broma"

Suena el despertador. Son las 2 de la mañana. Juan Manuel se levanta. No se escucha ni un alma a su alrededor. La mayoría de los setencientos vecinos del municipio malagueño de Algatocín, duermen a esta hora.

El suyo es uno de esos oficios que trabajan por la noche. Es panadero. Lo suyo es pura vocación. “Hay que elaborar el pan todos los días. El que se vende por la mañana, se elabora durante la madrugada anterior”, nos cuenta. Pero hace un par de años su vida era muy diferente.

Una vida nueva

Juan Manuel trabajaba en la Costa del Sol. Repartía helados y productos congelados. Pero estaba cansado del estrés. Del tráfico. De la afluencia de gente en verano. De los atascos en hora punta.

En aquel momento, algo pasó en la familia. La panadería familiar de su mujer iba a cerrar. Él lo vio claro. Y le propuso a ella coger el negocio. Ella conoce bien el oficio. Él no tenía ni idea de cómo funcionaba. Es un negocio muy sacrificado. Sin horarios. Pero él le dijo que confiara en él. Ella confió. Y hoy, la panadería “Pan Piña” de Algatocín, sale en las noticias de todo el mundo.

Un pan con copos de oro

Juan Manuel y su mujer no sólo han cogido el testigo de un negocio tradicional. Le han dado la vuelta. Han sabido reinventarse. En esta panadería elaboran el pan más caro del mundo.

Y como suele ocurrir con las buenas ideas, todo empezó de broma. Casi por casualidad. “Al chico que distribuía el café más caro del mundo, le dije: “Pues voy a hacer el pan más caro del mundo, me fui dándole vueltas a la cabeza. ¿De qué lo hago? Aproveché que en unos meses era la feria en la plaza de toros de Málaga. Y en tres días, me llamaban televisiones de todo el mundo”.

Y entonces le dije.. "Pues voy a hacer el pan más caro del mundo"

Es la pregunta del millón. ¿Cuánto vale el pan más caro del mundo? Pues es un producto al alcance de unos pocos. Una hogaza de un kilo cuesta 10.750 euros. Está elaborado con materias primas muy cuidadas. Además, estos panes llevan polvo y copos de oro.

Es un pan totalmente personalizado. “Grabamos el pan con las palabras que nos pide el cliente. Hemos llegado a vender en gran cantidad a un cumpleaños 25 piezas, 300.000 euros en 25 panes”.

El oro, "un mineral beneficioso para la salud"

Entre los clientes de Pan Piña, vecinos de la Costa del Sol. Aunque también distribuyen estos panes al resto del mundo. ¿Sus destinos principales? Los Ángeles, Estados Unidos, Rusia o Emiratos Árabes.

El oro que utilizan para elaborar estos panes es comestible. “Si se añade la cantidad correcta, es beneficioso para la salud porque es un mineral”. Juan Manuel compara este producto con el vino: “Una copa al día es muy saludable, pero un consumo excesivo no lo es. Con el oro pasa lo mismo”.

Noches sin dormir que no pesan tanto

Los principios fueron difíciles. Juan Manuel reconoce que trabajaban prácticamente veinticuatro horas en "Pan Piña". "Mi mujer y y yo apenas dormíamos." Hoy, se siente orgulloso de su negocio, aunque tampoco duerme demasiado. Pero no le pesa. Está feliz con su negocio. Hace lo que le gusta.

Además, Juan Manuel nos cuenta que en sólo dos años han dado puestos de trabajo a muchas familias del pueblo. "Hemos generado catorce empleos. Hay catorce familias que están viviendo hoy en día por estos trabajos".

No se cansa de reconocer que el éxito es de su mujer: “Ella es mi maestra. La panadería era de su abuelo y abrió en 1940. Mi mujer es la tercera generación”. La segunda generación eran solo mujeres. Las hermanas Piña. Y precisamente, en la actualidad sólo trabajan mujeres en el obrador. Es un homenaje a las mujeres que levantaron la panadería.

El pan debe tener sus tiempos

En la actualidad, los hombres se encargan del reparto, de cortar pan, envasar o etiquetar. Nos cuenta que les gusta crear marca. Crear equipo: "Nos gusta enseñar a nuestro equipo. Formarlos para que lo hagan como lo hacemos nosotros. Para nosotros es fundamental respetar los procesos y los tiempos".

Pero en "Pan Piña" no se vende sólo el pan más caro del mundo. También podemos comprar panes saludables, que comercializan en herbolarios.. O una hogaza de toda la vida. Como las que hacían en "Pan Piña" cuando abrieron, allá por 1940.

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