La plata vive un 2024 meteórico y afronta un 2025 ilusionante

Alentada por diversas circunstancias políticas y económicas, la plata vive una situación idílica. Desde principios de año, el metal precioso acumula subidas del 45%, un camino al ascenso similar al de su hermano el oro, que está batiendo récords históricos.

“Su presencia mediática es menor que la del oro, pero desde luego la plata está siendo la gran sorpresa del año. Advertí en enero que se estaban dando las circunstancias para que brillara, preparamos el escenario y ahora estamos recogiendo los frutos”, asegura Javier López Milán, CEO de SilverGold Patrimonio, que celebra el acierto de sus predicciones. Hay varios motivos que explican su repunte, principalmente políticos, pero también otros logísticos y económicos: la demanda se ha disparado y la producción está contrayéndose.

La situación internacional está empujando a cada vez más familias y empresas a refugiarse en el oro y la plata, pero esta última tiene además múltiples usos industriales. El crecimiento de su demanda se ha enfrentado con problemas de primer orden en las minas encargadas de su extracción.

El Instituto de la Plata ha publicado un informe que asegura que la demanda creció un 12% respecto a 2022, alcanzando el récord de 2.353 toneladas. Por otro lado, la producción afronta problemas estructurales como la dificultad de encontrar nuevos yacimientos y el aumento de los costes de extracción, un contexto que ha catapultado al metal. “Ya sea como activo refugio o como elemento de primer orden de industrias que crecen, como la renovable o la electrónica, el atractivo de la plaza se actúa”, explica López.

¿Cuál es el futuro de la plata a medio plazo?

Definir hasta qué punto el contexto actual impulsará a la plata es complicado, aunque todo parece indicar que seguirá revalorizándose. En el horizonte hay citas importantísimas, como las elecciones de Estados Unidos, cuya victoria puede definir la política económica de los próximos años. Que se haga realidad la política de aranceles de Donald Trump crearía una fotografía idónea para que continúen creciendo, sobre todo porque podría suponer un terremoto para el comercio internacional y un aumento de la inflación. Aunque no importa quién llegue a la Casa Blanca, todos los pronósticos coinciden en que la senda alcista se mantendrá, ya que las principales economías de Occidente se están debilitando y China prepara medidas de expansión para protegerse.

“Una vez que la barrera de los 32 dólares la onza se ha roto, el metal podría moverse entre los 50 y los 70 dólares durante los próximos meses, con momentos de corrección puntuales que podrían ser perfectos para hacer compras”, detalla Milán.

Los conflictos en Oriente Medio y en Ucrania son otro caldo de cultivo para el avance de los metales preciosos. Son muchos los que han decidido recurrir a ellos como activo refugio de primer orden, máxime cuando otras alternativas como los bonos del tesoro de Estados Unidos pierden atractivo ante el creciente endeudamiento del país, según indica el último informe de Bank of America.

Lo que más llama la atención es que factores que históricamente han provocado una caída de los metales preciosos, como un mercado laboral fuerte, el aumento de las tasas de interés o la debilidad de las importaciones en China, no han dificultado ni un ápice el rally que viven en la actualidad, circunstancias que hacen pensar que tienen un porvenir aún mejor. “Incluso con varios factores importantes en contra, oro y plata siguen manteniendo su tendencia alcista. Durante los próximos meses seguirán rompiendo muchos techos”, aclara el CEO de SilverGold Patrimonio, que insiste en que nunca es mal momento para adquirir metales preciosos, una alternativa que siempre se ha pensado como algo exclusivo para rentas altas pero que te permite empezar con compras desde los 50€.