Trujillo, ex chófer de la coca: “Soy culpable” de gastar dinero público en cocaína, copas o fiestas

No ha habido sorpresas y el juicio contra el exchófer del director general de Trabajo de la Junta de Andalucía Javier Guerrero, Juan Francisco Trujillo, por una de las piezas separadas de los ERE, ha arrancado esta semana como se esperaba.

Aunque el acusado intentó dilatar el proceso, con la petición de renunciar a su abogado, alegando falta de confianza, la estrategia no fue admitida por la Sala que siguió adelante con la instrucción.

En esta pieza separada se juzgan los presuntos usos irregulares de importantes sumas de dinero público y en el caso del que fuera chófer del Director General de Trabajo, él mismo ya ha reconocido que usó parte de los 900.000 euros de dinero público que recibió de su jefe para cocaína y copas.

Un elevado tren de vida con gastos diarios de 20.000 euros

El acusado ha dicho que sigue siendo "culpable" de los delitos de prevaricación y malversación, por los que la Fiscalía Anticorrupción le pide una indemnización de casi 1,5 millones de euros y una pena de 14 años de prisión y 30 de inhabilitación.

Durante el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Sevilla, Trujillo se ha reafirmado en la declaración que hizo el 15 de diciembre de 2011 ante la Policía Judicial de Andújar (Jaén), en las que reconoció que había recibido dos subvenciones de 450.000 euros cada una por parte de la Dirección General de Trabajo.

Trujillo ha vuelto a confirmar que destinó los fondos públicos entregados por el director general de Trabajo de la Junta de Andalucía, Javier Guerrero, fallecido en 2020, a cocaína, copas, fiestas, un piso y en terrenos.

Su tren de vida incluía gastar unos 20.000 euros diarios y consumir cada uno más de cinco gramos diarios de cocaína. También según el exchófer, dedicó dinero a copas y a comprar fincas, un piso y regalos.

La mujer del conductor, se encuentra además acusada como beneficiaria a título lucrativo de las ayudas de su marido.

El chófer ha reconocido que prestó 24.000 euros a su mujer, a la que el acusado ha querido eximir de cualquier delito porque aseguró que ella le devolvió el dinero tras hipotecar la casa, versión que ha mantenido la mujer.