Sonidos imprescindibles de la Semana Santa en Granada
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En una Semana Santa que tiene en los contrastes una de las notas predominantes, su banda sonora también ofrece este carácter. En ella aparecen un tambor ronco y destemplado acompañando a la Cruz de Guía de la Cofradía del Silencio o las palmas y cantes flamencos de los gitanos del Sacromonte, al paso de Cristo del Consuelo. En gran medida, muchos de estos sonidos se configuran a lo largo del siglo XX, pero todavía perviven algunos que se escuchan desde hace varias centurias, como las trompetas lastimeras de las chías, singulares personajes que según los historiadores, heredaron las cofradías granadinas del Tribunal de la Inquisición. Sus notas, moldeadas en tonos fúnebres, se entremezclan con los gritos de la chiquillería. Un lugar extraordinario ocupan las saetas, que afloran al paso de las estaciones de penitencia y en las que muchas veces es fácil adivinar el tono peculiar de los cantaores granadinos. También es centenario el característico repique de la campana de la Torre de la Vela, que ya se oía cuando las primeras procesiones recorrían la ciudadela palatina de la Alhambra.
Desde el siglo XIX, las bandas de música y las de cornetas y tambores están presenten en los cortejos, escribiéndose entonces las primeras marchas fúnebres. Mucho más modernas son las llamadas agrupaciones musicales, que se configuran a lo largo del último tercio del siglo pasado. Y es que la Semana Santa, aunque enraizada con la tradición, está en permanente evolución.
Granada, ciudad de la música y también de los silencios, ofrece durante estos días una colección sonora de una acentuada personalidad.