El portavoz de FACUA acusa a la ministra de Economía Nadia Calviño de ser: “La derecha dentro del Gobierno”

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha generado un auténtico cisma en el seno de su Gobierno, uno más, aunque en esta ocasión la situación que se plantea es muchísimo más grave.

El acuerdo que firmó con Bildu, hecho público hace sólo unos días, para derogar la reforma laboral de 2012, ha generado enormes tensiones en el Ejecutivo pues la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, no dudó en asegurar al conocer los términos del mismo, pues Sánchez le había ocultado dicho pacto, que es "absurdo y contraproducente" abrir en estos momentos un debate sobre la reforma laboral, al tiempo que ha garantizado que cualquier eventual modificación se hará de manera dialogada con los agentes sociales.

CALVIÑO, EN CONTRA DE LA DEROGACIÓN DE LA REFORMA LABORAL

La postura de Calviño no casa con lo firmado por PSOE, Podemos y los independentistas vascos de Otegui, por lo que las acusaciones a Sánchez de engaño no han tardado en llegar, máxime cuando sólo horas después el Gobierno emitía un comunicado rectificando parte del acuerdo firmado.

Mientras, desde Podemos han aprovechado para radicalizar su discurso y su propio líder, el vicepresidente Pablo Iglesias, ya ha dicho que "sí se va a derogar íntegramente la reforma laboral", echándole un nuevo pulso a Sánchez, porque como recuerda estaba firmado en el pacto de Gobierno con el PSOE.

LA IZQUIERDA SITÚA EN EL CENTRO DE SUS ATAQUES A CALVIÑO

Y con este horizonte, los sectores y colectivos cercanos a la izquierda han comenzado su particular batalla de acoso y derribo, donde parecen tener en el punto de su diana a la ministra Calviño, al entender que es el principal escollo para que Sánchez derogue íntegramente la reforma laboral, aprovechando además la coyuntura y cobertura que le ofrece el actual estado de alarma.

Uno de los que han entrado a saco, es el portavoz de la asociación de consumidores FACUA, Rubén Sánchez, quien no ha dudado en acusar a Calviño de ser “la derecha dentro del Gobierno”, al tiempo que considera “lamentable” que la ministra responsable de la cartera de economía diga “que ve "absurdo y contraproducente abrir el debate" de la derogación de la reforma laboral ante la crisis del coronavirus”.

No podemos olvidar que la vicepresidenta Calviño aseveró, con enorme sentido común, que "con la realidad que tenemos sobre la mesa sería absurdo y contraproducente abrir un debate de esta naturaleza y generar la más mínima inseguridad jurídica", al tiempo que ha recordado que "los contribuyentes nos pagan para resolver problemas y no para crearlos".

En esta tesitura, parece claro que la estrategia de Podemos e Iglesias es poner entre la espada y la pared a Sánchez, que va a tener que decidir entre mantenerse en La Moncloa, para lo cual deberá derogar íntegramente la reforma laboral como ha firmado con Bildu y como se comprometió en el pacto de Gobierno con Iglesias, o estos ya amenazan sibilinamente con retirarle los apoyos; o atender a la lógica y a la coherencia de argumentos de su vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño.

El choque de trenes está asegurado y, de nuevo, queda patente la enorme debilidad de Sánchez, incluso frente con sus socios de Gobierno que con sólo 35 escaños, frente a los 120 del PSOE y los 176 que marcan la mayoría absoluta, están imponiendo muchos de sus criterios en la gestión diaria del Ejecutivo central.

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