CORONAVIRUS
Fallece en San Juan de Dios el primer presbítero sevillano por coronavirus
El Hospital San Juan de Dios de Sevilla ha registrado en la madrugada de hoy la muerte por coronavirus del primer presbítero sevillano
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El sacerdote Alfredo Corona Cornejo se ha convertido esta pasada madrugada en el primer presbítero sevillano que ha fallecido a causa de la pandemia del coronavirus. Vivía en la Residencia San Juan de Dios del centro de la capital, junto a su hermano el también sacerdote José Vicente Corona.
Alfredo dio positivo hace aproximadamente un mes, tiempo durante el cual llevaba luchando contra la enfermedad que, finalmente, ha podido con su vida. Nada más conocerse el resultado fue trasladado al hospital que la Orden Hospitalaria tiene en la avenida de Eduardo Dato, donde ha fallecido esta madrugada a los ochenta y cinco años de edad.
El Arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, ha dedicado esta mañana la Misa por su eterno descanso y en la Parroquia de la Magdalena, a la que estuvo vinculado en su última etapa, se le dedicará una Eucaristía cuando las condiciones sanitarias permitan la celebración normal de las misas con público.
SEIS DÉCADAS DE INTENSO MINISTERIO SACERDOTAL
El padre Alfredo nació en la localidad sevillana de Pedrera, en la fue ordenado sacerdote el 18 de junio de 1961. Su primera responsabilidad pastoral fue la de coadjutor de la Parroquia de Santa Ana, en La Roda de Andalucía.
Allí estuvo poco tiempo, pues fue nombrado muy pronto cura encargado de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro, en Badolatosa. También fue capellán de la comunidad de Franciscanas Concepcionistas de Carmona y, por último, párroco de San Francisco Javier. Además, dirigió la Capellanía de la Guardia Civil entre 1990 y 2007.
Sus últimos años de ministerio sacerdotal los prestó en la Parroquia de Santa María Magdalena, de la capital hispalense, donde oficiaba misa diaria a las diez de la mañana, hasta su retirada el pasado mes de junio.
Precisamente el día 2 de junio recibió el homenaje de la parroquia y la Hermandad del Amparo, a la que estaba muy vinculado.
En definitiva, un hombre “entregado en cuerpo y alma a los demás a través del ministerio sacerdotal”, como han señalado desde la Archidiócesis de Sevilla tras conocerse su fallecimiento.