Sevilla está a sólo 31 días del Domingo de Ramos

“Parece que es la hora… y no es la hora”. Cuánta razón tenía el periodista Antonio García Barbeito cuando, con esta frase, comenzó su recordado pregón de la Semana Santa de Sevilla de 2010. Cuánta verdad esconde para el cofrade esa simple frase.

Y es que… aparentemente todo está a la vuelta de la esquina, pero el tiempo corre tan despacio que nos parece que casi no avanzan los días. Eso sí, las señales son cada vez más evidentes. La ciudad comienza, lenta y pausadamente, como si no quisiera que nos diésemos cuenta, a cambiar su piel.

El azahar, empujado por este primaveral fin de invierno que estamos disfrutando, ya ha comenzado a rebosar y chorrear los naranjos, embriagándonos con su dulce aroma.

El olor a incienso se asoma a Sevilla y zamarrea, sin esperarlo, nuestros sentidos, al pasar por delante de cualquier zaguán, de cualquier casa, de cualquier calle, de cualquier plaza…

Torrijas y pestiños se exhiben en los escaparates de las confiterías, junto a cortejos de nazarenos de chocolate o caramelo de un sin de cofradías que hacen las delicias de pequeños y no tan pequeños, quienes desfilan, cual altar de insignias, por delante de ellos, soñando con los tiempos que están por venir o con los tiempos que se fueron... quien sabe.

Sí, Antonio, “parece que está todo… y algo falta”. Dentro de muy poco se iniciarán los trabajos de montaje de los palcos en la Plaza de San Francisco. Ese será el momento en el que ya, irremediablemente, nos topemos de bruces con la realidad. Esa que nos dice, a golpe de señales visuales, que todo está a punto de comenzar de nuevo.

Allí, a la sombra de los dos gigantescos laureles de la India que flanquean la fachada principal del Banco de España, ya se encuentran las estructuras y tablones que aguardan ser colocados en su justa posición para dar vida a los palcos de la Carrera Oficial.

El trabajo será duro e intenso por parte de los operarios encargados de montar esos palcos pero, realizarlo bajo el intenso aroma a azahar que se desprende de los naranjos que se sitúan frente al Ayuntamiento y ver al fondo, cada vez que se levante la cabeza, a la majestuosa Giralda, es un privilegio que sabrán disfrutar y que hará, a buen seguro, un poco más liviano el esfuerzo de estos hombres.

La 'Híspalis' descuenta los días del calendario intentando alcanzar con sus manos la semana de Dios, aunque a veces, ¿verdad, Antonio? "parece que se acerca, y se evapora".

La redes sociales ya se han inundado con multitud de imágenes captadas por los muchos sevillanos que en las últimas horas han pasado por las inmediaciones del Consistorio hispalense y han querido inmortalizar el momento para compartirlo a modo de pregón visual con el que anunciar a sus amigos y conocidos de que la espera se va acortando.La ciudad ya aguarda impaciente transformarse en esa efímera Jerusalén de Hosannas, olivos y palmas. Sus calles ya esperan la llegada del Mesías. Los rayos de sol están impacientes por iluminar la cara del Señor y por poner luz a una semana de Pasión, Muerte y Resurrección en la ciudad más hermosa del mundo.

Sevilla está a tan sólo 31 días del Domingo de Ramos… y ya comienza a soñar.