Más de 12.000 personas han visitado la Carrasca de Lecina desde que se catalogase como Árbol Europeo del Año
Se cumple un año de esta proclamación
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Más de 12.000 personas han visitado la Carrasca de Lecina desde que el año pasado se catalogase como Árbol Europeo del Año. Se trata de una catalogación que ha supuesto para esta zona de la provincia de Huesca un revulsivo turístico, que responde a un perfil de visitante respetuoso con el entorno y que prima la naturaleza entre sus preferencias.
Así lo ha indicado la alcaldesa de Bárcabo, Carmen Lalueza, en este día en el que el municipio oscense celebra el primer aniversario del reconocimiento de la Carrasca de Lecina como Árbol Europeo del Año. “El número de visitantes a esta zona ha aumentado mucho, con un turismo de naturaleza, muy respetuoso con el entorno, que se han quedado maravillados no sólo del árbol, también del municipio y de la zona, por sus casas de piedra y su conservación”. La alcaldesa ha recordado que “estamos enclavados en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara y del Parque Cultural del Río Vero y tenemos las pinturas rupestres y muchos otros atractivos, que hacen que venir merezca la pena”.
Según la alcaldesa, entorno a 12.000 personas han visitado la carrasca en este año, cuyas visitas han beneficiado a localidades del Somontano y Sobrarbe, pricipalmente. “Han pasado entorno a unas 12.000 perosnas y no sólo se ha beneficiado el municipio de Bárcabo, que quizá haya sido el que menos, pero sí los municipios de Somontano, como Colungo, Alquézar o del Sobrarbe, como Arcusa o Aínsa”.
Lalueza ha recordado que la carrasca de Lecina se proclamó Árbol Europeo del Año en el mes de marzo y durante la Semana Santa, la zona recibió una avalancha de visitantes, acercándose a la cifra de 1.000 personas el día de mayor afluencia. Con el objetivo de proteger el árbol y el entorno se estableceron una serie de medidas, como el acordonamiento del árbol. “Lo más importante era proteger el árbol y todo su entorno, por eso se recuperó el muro del lugar donde se encuentra la carrasca, que también se acordonó para evitar el contacto directo y que los visitantes pisasen sus raíces y proteger además de incendios”.