Suma de adhesiones a la Alianza de Suelos de los Pirineos

El objetivo es promover la conservación del suelo y el mantenimiento de su calidad

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Audio Eva García Balaguer, coordinadora del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Alianza de Suelos de los Pirineos (ASPir) es un instrumento creado para armonizar políticas y actuaciones entre los territorios de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP) conformando así una nueva Alianza en la materia promovida a nivel mundial por la FAO-ONU. Permite promover la conservación del suelo y el mantenimiento de su calidad a través de la coordinación de acciones conjuntas y el intercambio de experiencias de gestión sostenible de suelos.

Los territorios de la CTP comparten el macizo pirenaico y son: las dos regiones francesas Nouvelle-Aquitaine y Occitanie/Pyrénées-Méditerranée; las cuatro comunidades autónomas españolas Catalunya, Aragón, Navarra, Euskadi; y el Principado de Andorra.

La CTP presentó esta alianza en diciembre de 2020 y desde entonces ha sumado las adhesiones de trece entidades, además de la propia CTP que forma parte de la alianza:

· Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya

· Grupo de ecología y medio ambiente de la Universidad Pública de Navarra

· Ayuntamiento de Orduña

· Instituto de Innovación y Sostenibilidad en la Cadena Agroalimentaria (IS-FOOD) de la Universidad Pública de Navarra · Tracasa Instrumental (empresa pública)

· Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria (ETSIA) de la Universidad de Lleida (UdL)

· Departamento de Medio Ambiente y Ciencias del Suelo (DMACS) de la Universitat de Lleida

· Sociedad Española de la Ciencia del Suelo.

· FORESPIR

· INTIA (Instituto Navarro de Tecnologías Agroalimentarias)

· IUCA (Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón)-Huesca

· Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF)

· Grupo de investigación de protección del suelo del CREAF.

La CTP quiere clausurar a final de abril (mes del Día Internacional de la Madre Tierra) esta campaña para proseguir con su plan relativo a los suelos y llevar a cabo la primera reunión de la Alianza de suelos de los Pirineos en mayo. Por ese motivo el grupo promotor de esta iniciativa hace un llamamiento a las entidades que puedan estar interesadas en esta Alianza para que se unan antes de final de mes, descargando el Documento de adhesión de la ASPir y enviándolo firmado al grupo promotor (contact@ctp.org).

Desde inicios de 2020, el grupo precursor de esta Alianza, formado por personal investigador del macizo, trabaja en esta alianza que ahora está en fase de formalización. La ASPir es una iniciativa voluntaria basada en la cooperación entre diferentes entidades con un mismo objetivo. Las alianzas entre diversos agentes se muestran como sistemas de la gobernanza necesaria para abordar retos complejos.

La importancia de los suelos

El suelo es la fina capa de material (orgánico e inorgánico) que cubre la superficie de la Tierra. Esta capa de la superficie terrestre está directamente expuesta a los factores ambientales como el clima, la acción de los seres vivos o los agentes atmosféricos, dando lugar a una estructura compleja que llamamos suelo y que es fundamental para el crecimiento de las plantas, bosques y, por supuesto, cultivos. Pero estos son solo algunos de los “servicios ecosistémicos” que la humanidad obtiene de este recurso fundamental. Los suelos también son fuente de biodiversidad y diversidad genética, desempeñan un rol esencial en el ciclo de la materia y fijan grandes cantidades de CO2 atmosférico en forma de materia orgánica.

Pero, ¿hay suelo de sobra? Aunque parezca que sí, el suelo es un recurso natural finito. A escala temporal humana, el suelo es un recurso no renovable. Además, la superficie de suelo fértil es limitada y está sometida a una presión cada vez mayor debido al cambio climático y global, a los usos inadecuados y a su contaminación o sellado irreversible por urbanización. Las consecuencias implican un proceso acelerado de degradación en todo el mundo.

En la actualidad se considera que el 46 % de las tierras del mundo están degradadas (FAO, 2020). Por ello, si queremos invertir esta tendencia y asegurar niveles altos de calidad del suelo es necesario actuar urgentemente. Solo así será posible aumentar su resiliencia natural frente a las presiones crecientes.

Para lograrlo, una de las claves es la cooperación: el intercambio de herramientas de diagnóstico entre los territorios, la elaboración conjunta de estrategias de información o el empleo de técnicas de conservación y gestión de los suelos compartidas. El mejor contexto para asegurar el éxito de estas acciones pasa por Alianzas firmes que tengan en cuenta las iniciativas e instituciones existentes.

El contexto internacional

La Alianza Mundial por el Suelo (AMS) se estableció en diciembre de 2012 como un mecanismo para poder interactuar con los actores sociales, enriqueciendo así la colaboración y sinergia de esfuerzos entre las partes interesadas. Desde usuarios del terreno a políticos, uno de los objetivos clave de la AMS es mejorar la gobernanza y gestión sostenible de los suelos.

La AMS se subdivide en alianzas regionales (continentales), estatales o de zonas geográficas homogéneas, como la Convención Alpina de Suelos, y la Pirenaica que plantean Protocolos adaptados de Conservación de Suelos según los diferentes contextos y responde a la necesidad de instrumentos armonizados a escala de todo el macizo pirenaico.

La Comunidad de Trabajo de los Pirineos

La Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP) es un consorcio internacional que tiene como principal objetivo contribuir al desarrollo del macizo pirenaico teniendo en cuenta sus retos, preservando sus riquezas y fomentando la cooperación territorial, en particular, la cooperación transfronteriza para mejorar la vida de los habitantes de sus territorios.

Los miembros de la CTP son los territorios pirenaicos: las dos regiones francesas Nouvelle-Aquitaine y Occitanie/Pyrénées-Méditerranée; las cuatro comunidades autónomas españolas Catalunya, Aragón, Navarra, Euskadi; y el Principado de Andorra.

La CTP nace en 1983 con el apoyo del Consejo de Europa que aspira a dotar la zona pirenaica de una estructura de cooperación transfronteriza similar a las existentes en otras fronteras europeas.

En 2005, la CTP se transforma en un consorcio, entidad jurídica sujeta al derecho público español, que le aporta un nuevo impulso de intervención, especialmente en el ámbito de la gestión de fondos y de los programas europeos Interreg V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020) y POCTEFA 2007-2013.

Desde hace unos años y a través de su Estrategia Pirenaica desarrolla iniciativas importantes para el territorio en diferentes grupos de trabajo. El trabajo de acompañamiento de esta Alianza de Suelos se enmarca en el Eje 4 de su estrategia dedicada al impulso y apoyo a la Gobernanza compleja en el macizo y a dar visibilidad de este territorio en el ámbito europeo y mundial. Eje transversal que tiene sus conexiones con el Eje 1 Acción Climática y Eje 2 Dinamización territorial.

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