La Real Hermandad de San Juan de la Peña celebra su día más esperado

La Real Hermandad de San Juan de la Peña ha celebrado este domingo, 23 de junio, su tradicional festividad en honor a San Juan Bautista y a los Reyes y Nobles de Aragón en el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, cuna y origen del Reino de Aragón.

Tras la recepción de autoridades, invitados y miembros de la Real Hermandad, se ha celebrado en la Iglesia del Monasterio Viejo la Eucaristía, que ha estado presidida por el administrador Apostólico de la Diócesis de Jaca, monseñor Vicente Jiménez Zamora, y concelebrada por el Abad Mitrado de Leyre, Juan Manuel Apesteguía.

A continuación, se ha rendido homenaje a los Reyes y Nobles de Aragón enterrados en el Panteón del Monasterio. Tal y como señalan desde la Hermandad, “además de ser una excelente muestra de la escultura funeraria medieval, el Panteón de Nobles fue el lugar de enterramiento de notables familias de los siglos XI al XIII”.

Tampoco hay que olvidar que en el Panteón de Reyes reposaron los restos de Ramiro I, de Sancho Ramírez y de Pedro I, así como hijos, mujeres y familiares más cercanos de estos primeros monarcas aragoneses. En este sentido, el Hermano Mayor de la Hermandad, Félix Longás, ha señalado que "este lugar fue la cuna del Reino de Aragón y tenemos que dignificar este Monasterio de San Juan de la Peña como parte de la identidad de todos los aragoneses”.

Posteriormente, ha tenido lugar el acto central la Hermandad, la habitual investidura de nuevos Caballeros y Damas. Este año han sido investidos 13 Damas y 13 Caballeros.

Esta cita, en la que también han estado presentes Concepción Gimeno, Justicia de Aragón; la consejera de presidencia del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández; el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Pedro Olloqui; el director general de Turismo del Gobierno de Aragón, Jorge Moncada, entre otros, y diversas autoridades militares, ha concluido con un almuerzo de confraternidad en la Iglesia del Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña, en la pradera de San Indalecio