Se encuentran cerrada una pastelería de Zaragoza y lo que les exige al abrir les deja sin palabras: “Solo veo maldad”
Una exigencia que han hecho a través de las reseñas que se pueden dejar en Google y que ha recogido la cuenta de X (antiguo Twitter) @SoyCamarero
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Los bares son de los lugares más frecuentados en España, ni qué decir tiene, ya que en estos podemos pasar tiempo con nuestros compañeros de trabajo, amigos e incluso con la familia. Hemos comprobado que no solo acudimos a los bares para pasar tiempo y un buen rato, sino que además realizamos reseñas sobre el restaurante o bar.
Como resultado, las reseñas se han convertido en las protagonistas de las redes sociales, ya que los clientes también dejan constancia de sus malas (o buenas) experiencias en Google. Sin embargo, muchas veces los comentarios negativos van más allá del propio servicio y son incluso faltas de respeto, no solo hacia el servicio sino también hacia los trabajadores.
Está bien que expresemos nuestra opinión, siempre y cuando sea de una forma educada, pero hay veces que se cruzan unos límites que se convierten en toda una afrenta para los dueños o trabajadores de ese restaurante o bar.
Hay, en definitiva, maneras y maneras de decir las cosas. Por eso mismo, hay que tener especial cuidado con las palabras que elegimos para criticar un local.
Si no, que se lo digan a los dueños de esta pastelería de Zaragoza. Y es que, en pleno puente de diciembre, como muchos otros locales (especialmente en ciudades más pequeñas), se encontraban cerrados el 8 de diciembre.
Sin embargo, eso no ha sentado nada bien a un cliente en concreto que, harto de ver cerrado el local, decidió poner una reseña en Google con una exigencia muy marcada.
Una exigencia que ha dejado mudos a los propietarios
Muchas veces estamos acostumbrados a hacer reseñas en Google que, si estuviéramos en frente de los propietarios, nunca las diríamos en persona. Y es que, como todo en Internet, es más fácil esconderse tras una pantalla y criticar a diestro y siniestro, como si no estuviera mal lo que se dice.
Es lo que debió pensar este cliente que, en pleno puente de la Inmaculada, decidió acercarse a una pastelería de Zaragoza. Cuando llegó, con un tremendo antojo de galletas artesanales, se encontró con que el lugar estaba cerrada.
Lejos de quedarse callado y aceptar que el lugar simplemente no abre todos los días, decidió dejar un reseña en Google con exigencias. “No veo normal que esté cerrado un domingo por la tarde en Navidad. Yo solo quería unas cookies” expresaba este cliente, mientras puntuaba mal al local.
Por supuesto, los propietarios decidieron contestarle y explicarle por qué no habían abierto ese día. “Solo veo maldad en tu comentario” comenzaba diciendo el dueño.
“Esto es un negocio y como todo negocio atrás hay familias que se esfuerzan y trabajan a diario un montón para progresar. Estás jugando con nuestro trabajo y esfuerzo. Te pido que reconsideres y elimines esta reseña que no hace más que dañarnos” seguía.
Terminaban, eso sí, bastante conciliadores. “Te invitamos a que vengas a probar nuestras galletas que tantas ganas tenías y no podías esperar” sentenciaban.
Un pincho que les hace pensar que les han engañado
Según Luis, él entró a ese bar animado por el concurso de tapas y por una en especial que se llamaba “bico de marisco”. Sin embargo, no pareció lo que en un principio se pintaba.
Por eso mismo, quiso dejar una reseña al restaurante, aunque no lo hizo de la manera más educada y habló de que le habían “engañado”. Una reseña que recogió la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero.
“Mi acompañante y yo nos dimos cuenta de que era incomible esa mezcla de cabeza de pulpo, mayonesa y gambas congeladas (que no langostinos, como dice el papel del concurso erróneamente)” comenzaba diciendo en la reseña.
“La camarera al ver nuestras tapas intactas, lo único que preguntó es si habíamos terminado. Nos hizo pagar ambas tapas que estaban enteras, porque fuimos incapaces de tomar más” explicaba este cliente.
Una respuesta que no gustó a los dueños de este bar de Lugo y que decidió replicar. “En ningún momento engañamos a nadie, siento mucho que tuvieras que pagar algo que pediste, se tuvo que elaborar y al no comerlo, tirar” decía.
“Es de muy mal gusto que quieras dañar un local simplemente porque no te gustó. Si en vez de poner mala cara hubieras explicado la situación todo podría ser diferente. Para gente maleducada están las reseñas de Google” sentenciaban desde el bar.
Una polémica que ha quedado, nunca mejor dicho, servida en redes sociales.