Del roscón de San Valero al manto de la Virgen del Pilar: los dulces que más gustan a los zaragozanos
Zaragoza tiene cada vez más dulces y postres con los que celebrar sus fiestas. ¿Los has probado? ¡Hacemos un repaso por todos ellos!
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En Aragón a lamineros, no nos gana nadie y por eso, los zaragozanos sabemos que todo se celebra mejor con un postre sobre la mesa. Desde San Valero al Pilar, cada festividad tiene un dulce con el que poder celebrarse. ¡Repasamos los dulces más típicos de las celebraciones zaragozanas!
LA FESTIVIDAD DE REYES Y SU ROSCÓN
Zaragoza no es una excepción a la hora de disfrutar del Roscón de Reyes del 6 de enero. Cada comienzo de año, los zaragozanos nos sumamos a la celebración de la llegada de Gaspar, Melchor y Baltasar con roscón incluido y si es relleno de nata y con sorpresa, mejor que mejor. Hay varias teorías sobre su origen pero la más extendida es que se remonta a la Rosca de Reyes del siglo XIV en Francia. Se repartía durante la Navidad con un haba escondida en su interior. Al que le tocaba esta "sorpresa", tenía privilegios durante los días posteriores. En España introdujo esta tradición el rey Felipe V.
SAN VALERO, ROSCONERO
Si en el mes de enero nos quedamos con ganas de más Roscón, en Zaragoza no pasa nada, para eso tenemos el segundo roscón del mes. En este caso, está dedicado a San Valero. Su origen se remonta a la Edad Media cuando en este día, los nobles repartían migajas de dulces a las clases menos privilegiadas. Con el tiempo esas migajas fueron evolucionando y se convirtieron en un dulce que empezó a entregarse en las puertas de las iglesias. En 1800 ya había tres pastelerías de Zaragoza que vendían el Roscón de San Valero. Desde entonces hasta ahora se ha convertido en unos de los dulces más populares para los zaragozanos.
SANTA ÁGUEDA Y SUS RELIQUIAS
Santa Águeda, virgen y mártir, se ha convertido en todo un icono para las mujeres. Fue torturada y le cortaron los pechos al no satisfacer los deseos del precónsul de Sicilia. Cada ciudad tiene su tradición para recordar a Santa Águeda. En Zaragoza se hace con las llamadas reliquias de Santa Águeda, un dulce en forma de pecho relleno de trufa o nata y coronado por una guinda.
SAN VALENTÍN, LAS NUEVAS TRADICIONES
Febrero tiene al amor y a San Valentín como protagonistas. Si el 14 de febrero es tradición que los enamorados se hagan un regalo, las pastelerías no podían dejar de sumarse a esta tendencia. Así, se ha convertido en habitual ver en las vitrinas de todas las pastelerias un dulce en forma de corazón cada 14 de febrero.
CARNAVAL, ENTRE EL DULCE Y EL SALADO
Aunque el Carnaval se celebra en muchas comunidades españolas con dulces como la leche frita o las llamadas "orejas de Carnaval" en Galicia, en Aragón preferimos hacer una excepción y pasarnos del dulce al salado con motivo del Carnaval. Por ello, lo que más nos gusta en esta fecha son las longanizas y los bollos preñaos, llamados así por estar rellenos de carne. Su tradición se remonta a la Edad Media cuando los cristianos comían carne en abundantes cantidades antes del inicio de la Cuaresma durante la cual no se comía este tipo de alimentos.
LA CINCOMARZADA Y SU DULCE 5
La Cincomarzada es uno de los festivos con el que los zaragozanos se sienten más identificados. Conmemora la resistencia de la capital aragonesa ante la entrada de las tropas carlistas en 1838. Tradicionalmente se come en el parque y es un día también de reivindicaciones del tejido social y vecinal de la ciudad. Sin embargo, a esas comidas en el parque les faltaba un dulce y desde hace unos años, las pastelerías de la ciudad han puesto de moda el "5" de la Cincomarzada. Es un dulce de hojaldre, en forma de cinco, relleno de nata o trufa. Algunos también están recubiertos de chocolate negro o blanco.
SAN JOSE: DE LA VARA A LA CORBATA
El Día del Padre, San José, se celebra cada 19 de marzo con dos postres que las pastelerías zaragozanas han convertido casi en una tradición. En algunas de ellas podemos encontrar un bastón o vara para celebrar el Día del Padre. Está elaborado con una masa muy similar a la del roscón de San Valero pero con forma de vara, palo o bastón. Este dulce está relleno de trufa, nata o crema. Otras pastelerías en cambio, han optado por elaborar un dulce en forma de corbata. A todo ello se unen las virutas, unas galletas doradas enrolladas como si fueran virutas de serrín en honor al trabajo de San José como carpintero.
LOS DULCES MÁS TIPICOS LLEGAN CON LA SEMANA SANTA
La Semana Santa tiene varios dulces típicos en toda España. Zaragoza tampoco se queda atrás en la degustación de esos dulces tradicionales, entre ellos, las torrijas, los buñuelos, los pestiños y las monas de Pascua ya sea en su versión más tradicional con huevo o en su adaptación infantil de chocolate.
EL LANZÓN DE SAN JORGE
El 23 de abril Aragón celebra su día grande en honor al patrón de la comunidad autónoma, San Jorge. La lanza con la que este héroe aragonés venció al temido dragón ha evolucionado en un típico dulce conocido como "Lanzón". Se compone de dos capas de bizcocho con almendra, una base crujiente y relleno de diferentes tipos de cremas dependiendo de la pastelería: yema, nata o turrón. La cruz de San Jorge o la bandera de Aragón no faltan para decorar este dulce cada 23 de abril.
EL MANTO DE LA VIRGEN DEL PILAR
Tras cuatro primeros meses del año llenos de dulces, los zaragozanos nos damos un respiro durante el verano para volver a disfrutar de nuestros dulces más típicos a partir del mes de octubre. El 12 de octubre, Día del Pilar, se celebra en Zaragoza con ofrenda, visita a la Virgen, trajes de baturros y baturras y, por supuesto, con un tradicional dulce en forma de manto de la Virgen. Es un dulce elaborado con dos capas de hojaldre y relleno de nata o trufa. El Día del Pilar es también un momento perfecto para degustar los típicos adoquines, conocidos por todos los turistas que visitan la ciudad.
EL 1 DE NOVIEMBRE Y SUS HUESOS DE SANTO
El mes de noviembre comienza con el Día de Todos los Santos que, por supuesto, también viene acompañado de un dulce. Los Huesos de Santo son un postre elaborado a base de mazapan, blanco y con forma de cilindro. En su interior suelen estar rellenos de yema de huevo. Su origen se remonta al S.XVII y se hacía coincidir con la cosecha de la almendra, siendo así una forma de aprovechamiento de este fruto seco. Se cree que su origen estuvo en Valencia, aunque donde más conocidos se hicieron fueron en Castilla y León. De ahí, se extendieron al resto de España. En esta fecha también son tradicionales los buñuelos.