La Cámara de Comercio de Zaragoza abre de nuevo sus puertas tras el incendio del pasado verano

Los empleados de la Cámara de Comercio de Zaragoza ya han comenzado a regresar a su sede habitual en paseo Isabel La Católica, tras los diez meses que han durado los trabajos de rehabilitación debido al incendio que se produjo en estas instalaciones el pasado mes de junio. Ya se han trasladado a ellas el grueso de los trabajadores que integran la plantilla y se calcula que el próximo 15 de mayo ya estarán todos instalados en sus puestos habituales.

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Así quedó el interior del edificio de la Cámara de Comercio tras el incendio que se produjo

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El incendio, provocado por la caída de dos rayos, afectó principalmente al hall y al salón de plenos del edificio, catalogado como Bien de Interés Cultural. Desde entonces, se han llevado a cabo intensas labores de limpieza y restauración para devolver a este edificio todo su esplendor.

Las oficinas ya están listas para que los empleados puedan desarrollar su trabajo con normalidad. En cambio, las obras en el hall y el salón de plenos continuarán hasta finales de junio. La rehabilitación del salón de actos de la planta baja se ha pospuesto para más adelante.

Tras el incendio, la Cámara de Comercio lanzó una campaña para recaudar fondos y la respuesta del sector empresarial fue muy positiva y el proceso de colaboración sigue abierto. A lo largo de estos meses han recibido multitud de muestras de apoyo y solidaridad por parte de muchas empresas, entidades e incluso de particulares, con generosas aportaciones.

Orígenes del edificio

La sede de la Cámara de Comercio de Zaragoza está catalogada como Bien de Interés Cultural y es un edificio icónico para la ciudad, situado cerca del Auditorio y el Parque Grande de la capital.

En 1941 los arquitectos Regino y José Borobio y José Beltrán terminaron el proyecto de la actual sede de la Cámara de Zaragoza y en 1944 se inauguró su emblemática torre. Ahora se trabaja para recuperar cuanto antes la belleza y el esplendor de este edificio, que forma parte del patrimonio histórico de la ciudad y que fue sede durante muchos años de la tradicional feria de muestras de Zaragoza.