Luisa Maestro, psicóloga clínica: “El móvil aísla, frenarlo en las aulas puede ser positivo”

Niños enganchados al móvil o la consola. Bebés en carritos mirando una pantalla en lugar de observar los árboles o la gente. ¿Te suenan estas escenas? Los psicólogos advierten de que las familias no son conscientes de hasta qué punto les perjudica. Este miércoles entra en vigor la prohibición de utilizar los dispositivos electrónicos en colegios e institutos en Aragón. ¿Es la solución?

La psicóloga clínica Luisa Maestro, de la Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil del Salud, recuerda que los docentes ya han alertado de que los niños en los recreos “están pegados a la pantalla en vez de interatuar y jugar, que es lo que deben hacer”. Para esta profesional, “el aislamiento es el efecto más pernicioso” de estos dispositivos. Por ello, entiende que “frenarlo en el ámbito escolar puede ser positivo”, aunque admite que puede haber dudas sobre cómo llevarlo a cabo.

Maestro explica que la prohibición “tiene de bueno que deja las cosas claras”, pero también implica un régimen sancionador que no siempre es sencillo. Por otra parte, el considerar algo como “prohibido” puede “alentar el deseo” por lo que los efectos de la medida “habrá que verlos con el tiempo”.

En cualquier caso, el problema es global y no acaba cuando los niños salen del colegio. “Si el móvil está muy presente en casa, los niños pueden presentar incluso problemas de apego”, alerta esta experta. En su consulta, cada vez se ven con más frecuencia casos de menores de en torno a 8 ó 9 años que sufren estrés derivado del uso de estos dispositivos.

“No hacen los deberes y cuando las familias les quitan el móvil o la Play, sufren ansiedad, porque estos dispositivos actúan sobre el cerebro activando la dopamina y el cortisol”, señala Maestro. Eso deriva en irritabilidad y en niños que parece que siempre están enfadados.

Por eso, Maestro insiste en que hay que poner y mantener límites en casa. “Las familias deben ser conscientes de este efecto y frenarlo en casa, el colegio debe de apoyar pero no tiene sentido la prohibición si luego en casa están toda la tarde pegados a la pantalla”, asegura.

Los profesionales apuestan por educar a padres y madres “porque algunos creen que no tiene consecuencias o que los niños aprenden mejor con una pantalla”. Sin embargo, los problemas físicos, como el sobrepeso o el sedentarismo; o los emocionales, son cada vez más frecuentes. Por eso, han elaborado algunas pautas sobre el uso que debería darse a estos dispositivos electrónicos en función de la edad.

“De 0 a 3 años, el móvil sobra, no satisface ninguna necesidad”, señala. Una recomendación que pone en el foco porque ya es habitual ver a bebés en carritos pegados a la pantalla. “Lo que tienen que hacer es mirar los arbolitos y la gente, observar”, advierte. Hasta los 6 años, el uso debe ser “muy limitado”. Pero el “exceso de exposición” es cada vez más evidente, como “niños de 6 a 9 años que podrían estar 3 o 4 horas al día”.

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