Medicamentos y calor: cómo conservarlos y cuáles evitar tomar durante la ola de calor
Hay medicamentos muy comunes que incluso, pueden aumentar nuestra sensación de calor o incentivar una deshidratación
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
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Hasta 7.500 medicamentos necesitan especial precaución para proteger sus propiedades ante las altas temperaturas. El calor puede alterar la composición de muchas medicinas: desde pastillas hasta supositorios, óvulos o pomadas.
Quién no tiene en su casa un pequeño armario o cajón donde guarda sus medicamentos más habituales, pero ¿alguna vez has pensado a qué temperatura se ven sometidos los medicamentos en nuestras casas? Durante las olas de calor es probable que la temperatura en el interior de estos armarios supere los 25 o 30 grados, que es el máximo recomendado al que deben guardarse gran parte de los medicamentos más comunes.
“Hay medicamentos que, incluso, deben conservarse en la nevera. Es importante leer el prospecto o preguntar en la farmacia para estar informados. Otros medicamentos deben estar conservados alrededor de los 25 grados. Si estamos en la calle a 40 grados, es probable que dentro de nuestra vivienda superemos la temperatura recomendada para estas medicinas. Eso les afectará y tampoco se podrá utilizar”, nos ha contado en COPE Margot Roig, vocal del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza.
¿Qué medicamentos se ven afectados por el calor?
Cuando los medicamentos se ven afectados por las altas temperaturas, pueden dejar de hacernos efecto. Y esto se aplica a todo tipo de fármacos. “Pasa con las pastillas, pero también puede afectar a supositorios u óvulos. Pueden derretirse y en ese caso, tampoco los podríamos utilizar. En el caso de cremas o geles, lo que pasa es que sus componentes se separan. Están formados por una fase acuosa y una oleosa. Cuando hay calor, esas dos fases se separan y habría que evitar su utilización”, dice Roig.
Hay incluso medicamentos que deben conservarse a 4 grados, como la insulina. En estos casos, si nos vamos de viaje, lo más recomendable es llevar una nevera portátil.
Además, hay medicamentos que resultan incluso contraproducentes en días de calor. Por ejemplo, los diuréticos nos hacen orinar más y, por tanto, pueden incentivar una deshidratación si no bebemos la cantidad de líquido adecuada durante el día. También hay medicamentos que afectan al mecanismo de pérdida de calor y pueden subir nuestra temperatura corporal, como los usados para tratar las alergia o el Parkinson.
Por último, algunos fármacos aumentan nuestra temperatura corporal. Ocurre con el Tramadol, indicado para el tratamiento del dolor, o con los medicamentos antipsicóticos que tratan la esquizofrenia.