ENTREVISTA EXCLUSIVA COPE
Víctor Camarasa: "Venir a Oviedo no es un paso atrás, es un paso adelante"
El último fichaje del Real Oviedo se abre en COPE acerca de su carrera, el calvario con las lesiones y su nueva ilusión en Oviedo. "El playoff es posible", dice.

Víctor Camarasa: "Venir a Oviedo no es un paso atrás, es un paso adelante"
Madrid - Publicado el - Actualizado
6 min lectura
Víctor Camarasa ha experimentado las luces y las sombras del fútbol. Debutó joven en Primera División, jugó una final de la Copa del Rey, rindió a gran nivel en la Premier League y le costó ocho millones de euros a todo un Real Betis. Cuando Pellegrini le dio su confianza, prendado de su fútbol en Inglaterra, una lesión de rodilla le cambió la vida. Desde entonces, apenas cien minutos disputados en dos años. Ahora llega al Real Oviedo para jugar por primera vez en su carrera en Segunda División, con el objetivo de relanzar su carrera como futbolista. El nuevo centrocampista azul habla en Deportes COPE Asturias de su carrera, cómo afrontó su calvario con las lesiones a nivel personal y este nuevo reto en Oviedo.
Cómo va tu desembarco en Oviedo. A veces los comienzos son complicados.
"No es que sea complicado, pero quieres centrarte en lo que importa que es el verde y el equipo. Ya tengo donde vivir. Es complicado encontrar piso (risas)".
Será alquiler, ¿no? Si me dices que compras piso tenemos noticia.
"He mirado pisos a la venta a ver si tenían alquiler, pero nada (risas). Me he traído al perro y las cosas me las trae gente de confianza que tengo en Sevilla".
Tus inicios. Empezaste en el Valencia y terminaste en el Levante.
"Empecé en el Valencia hasta División de Honor en Cracks, un filial de Valencia. En el último año de juvenil me firmó el Levante".
Aclaremos una cosa: no tienes nada que ver con Paco Camarasa, leyenda del Valencia.
"Nada que ver. De hecho, tengo una anécdota: cuando debuté en Primera con el Levante en la retransmisión de la tele decían que era el hijo de Paco Camarasa y mi padre, policía que nunca jugó a fútbol, se subía por las paredes".
¿Cómo es ese paso de juveniles y Segunda B a los focos de la Primera División?
"Fue todo muy rápido. Llegué al Levante en último año de juveniles. Debuté con el filial y al año siguiente estaba haciendo pretemporada con el primer equipo. Jugué seis partidos de liga además de la Copa del Rey. No te da tiempo a pensar, al final se trata de funcionar. Entras en el equipo y no lo piensas. Mucha gente te pregunta cómo se lleva, pero es darle normalidad. Cada uno es de una forma de ser y cada uno lo lleva como puede, pero lo más importante es vivirlo con normalidad".
Y llega el salto en tu carrera: el Alavés.
"Venía de descender con el Levante y me surge la opción de seguir en Primera. Estaban haciendo una plantilla con muy buenos jugadores: Marcos Llorente, Theo Hernández, Ibai Gómez... y llegamos a la final de Copa del Rey. Había un gran ambiente en el vestuario e hicimos una temporada increíble".
El Betis paga 8 millones de euros por ti. Y te cambia la vida.
"Sí, me cambia la vida. No podía ser más feliz, pero soy muy crítico conmigo mismo y la primera temporada no dije 'joder, qué bien he estado'. A nivel colectivo entramos en Europa y a nivel individual jugué mucho en la primera vuelta, no tanto en la segunda. Soy autocrítico y podía haber dado más. Estaba en todo un Betis".
¿Cómo se vive el fútbol en Sevilla? ¿Es tan intenso como parece?
"Hasta que no estás ahí no te das cuenta de cómo se vive. Es muy diferente a todo lo que vives en el fútbol. Es otro ambiente, otra forma de vivir. Todo el mundo te conoce, es otro nivel. Es Betis o Sevilla. Tanto para bien como para mal, porque si las cosas van mal tienes que ser fuerte. Es una afición muy exigente".
Y llega la Premier. Cardiff y Crystal Palace. ¿No te quedó otra o buscaste tú esa salida?
"Quería darle la vuelta a la situación, tenía esa espina clavada. No quería salir del Betis, de hecho me llaman a final de mercado de verano y me dicen que existe la opción de ir allí. Yo no quería ir, lo reconozco. Al final, hablando y poniendo todo sobre la mesa creíamos que era una buena opción. Y fue una buena decisión, no me arrepiento para nada".
Hablamos del Betis, pero la Premier es otro mundo también.
"No tiene nada que ver Cardiff con Sevilla. El clima, el club, nada. Pero era feliz porque jugaba, me sentí muy querido allí. Al año siguiente quería seguir en la Premier, en Inglaterra, pero por mala suerte o mala decisión me fui al Crystal Palace en uno de los mejores momentos de mi carrera. Soy autocrítico, pero yo entrenaba y me veía para jugar. Al menos darme la oportunidad. No jugué prácticamente, apenas un partido de Copa y otro partido contra el Tottenham cuando íbamos perdiendo 4-0. La gente en el club me preguntaba qué pasaba con el entrenador".
¿Tenías algún problema con él?
"No, la verdad que no. Ninguno a nivel personal, pero no creía en mí. Cosas del fútbol, a muchos jugadores les pasa".
Y después de una nueva cesión al Alavés, entramos en el terreno de las lesiones.
"Vuelvo al Betis y llega Pellegrini, que me había visto en Premier y tenía confianza en mí, pero no me dio tiempo. Me rompo la rodilla el 20 de agosto de 2020, en pretemporada".
Y te vuelve a cambiar la vida.
"Me cambia totalmente. La primera recuperación fue muy largo. Hay momentos complicados, como todas las lesiones largas. En cuanto a mi cabeza, creo que he sido fuerte en muchos momentos y en otros momentos no he podido".
Cómo fue la recuperación de la primera lesión.
El Betis te apoyó mucho, ¿no? Incluso te renovaron.
El club me ayudío mucho. Me renovaron para que me recuperara con ellos. A mí me daban igual los contratos, yo quería recuperarme allí porque tienen grandes fisios y grandes instalaciones. El resto me daba igual".
"Cuando tengo que volver a operarme. No soy una persona que muestre sus sentimientos y llore, pero lo he hecho. Lloré cuando me dijeron que tenía que volver a operarme y muchos más momentos. Es jodido, es jodido. ¡Bah! Hay cosas más jodidas. Soy un privilegiado. Tengo todos los medios para recuperarme y ponerme bien, hay gente que no puede. Y ya no hablemos de problemas más graves en la vida. Al final uno es egoísta y, cuando es futbolista, quiere hacer lo que más le gusta".
"(Risas) Lo sé, lo sé...".
Cervera y Pellegrini, al menos desde fuera, son dos mundos diferentes.
"He hecho dos entrenamientos... pero sí, la verdad que sí (risas). Es gracioso porque me decían el otro día: 'en los entrenamientos hay finalizaciones, pero lo que menos importa son las finalizaciones', así que imagínate. Estoy encantado de estar aquí, de correr y de lo que haga falta".
¿Has librado ya el miedo a meter la pierna, a disparar y demás?
"Hombre, claro. Estoy entrenando y me veo".
La apuesta del Oviedo firmando a Manu Vallejo y a Víctor Camarasa es muy clara: el playoff. ¿Es posible?
"Claro que lo veo posible. Hasta que haya posibilidades, lo último que hay que hacer es perder la esperanza. Son cuatro partidos que los sacas adelante y te metes”.
Vienes de jugar con Fekir o Joaquín. ¿Qué equipo has visto en Oviedo?
"¡Sí, eso lo tengo muy fácil! Ni sé los que tengo, pero algo me tatúo. Me tatué la Copa del Rey y si ascendemos me hago otro tatuaje seguro".