Un vecino de Gijón decide llevar flores al nicho de su madre, su tío intenta impedirlo, y acaba con una multa de 180 euros

Una discusión por la llave de un nicho en Gijón ha terminado con la cerradura del sepulcro rota y con una multa impuesta por un juez al hijo de la mujer, cuyos restos descansan en la tumba dañada, situada en el cementerio de Jove. La sección octava de la Audiencia Provincial ha confirmado la condena por un delito leve de daños y la sanción de 180 euros.

Pero, ¿qué ha pasado? El hijo de la fallecida quería colocar unas flores y una vela junto a la lápida de su madre, que está protegida por un cristal con cerradura. La tumba es propiedad del hermano de la finada -y tío del procesado- y, al parecer, según cuenta el Diario El Comercio, no le quiso dar la llave.

La sentencia del juzgado de Instrucción número 2 de Gijón, ratificada ahora por la Audiencia Provincial, considera probado que, tras la negativa del dueño del nicho, el procesado rompió el bombín. 

La negativa al recurso presentado por el hijo de la finada se fundamenta en que no hay nada que "legitime al recurrente para ocasionar intencionadamente desperfectos en un bien que no le pertenece y generar a su propietario un detrimento patrimonial carente de justificación alguna".

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Este caso de daños en un cementerio no es el único en Asturias. De hecho, a finales de 2024, un avilesino protagonizó un macabro suceso con la tumba de su madre. Ocurrió en Avilés, en el cementerio parroquial de San Cristóbal de la ciudad asturiana. Y el hombre accedió al nicho, cogió el ataúd, lo metió en el coche, y se llevó el féretro a su casa.

Fue detenido por un posible delito de profanación de sepulcro, pero el juez le dejó en libertad tras explicar, en su declaración, que había actuado así porque el fallecimiento de la mujer -"de forma repentina"- le había afectado mucho y "quería comprobar si realmente había fallecido". 

inHUMACIONES EN gIJÓN

En Gijón, hay ocho cementerios municipales, gestionados por CEGISA, una empresa creada por el Ayuntamiento en 1996 para esta tarea con los camposantos de la ciudad. Uno de los objetivos que se marca el consistorio asturiano es adaptar los espacios (Ceares 'El Sucu', Jove, Somió, Tremañes, Cenero, Cabueñes, Baldornón y Deva) a la nueva realidad: y es que los restos incinerados suponen dos tercios de las inhumaciones en los cementerios de Gijón.

En 2023, hubo 806 entierros de cenizas frente a 459 inhumaciones de cadáveres; y uno son cifras casuales, ya que la tendencia de incineraciones lleva años al alza. 

Por ello, el cementerio de Deva, que cuenta con casi 4.000 nichos, además de varios panteones, criptas y sepulturas, va sumando nuevos espacios, con casi  1.800 unidades de enterramiento para urnas y 656 columbarios en varias salas cerradas.

En este camposanto, está, además, el Parque de las Cenizas, un bosque con 300 árboles plantados junto a las cenizas de los fallecidos, jardín para urnas biodegradables y una pradera para esparcir las cenizas.

El objetivo de CEGISA es ampliar el camposanto de Deva con un 'bosque de la calma'. "Será como el actual 'Parque de las Cenizas', pero mucho más natural, en un entorno más ecológico", ha explicado, en COPE, el concejal y presidente de Cementerios de Gijón S.A., Guzmán Pendás.