Alfonso Palacio: “El Museo de Bellas Artes de Asturias necesita más personal de seguridad”

Los activistas contra el cambio climático siguen protagonizando protestas con ataques a diferentes obras de arte. La última de este tipo, que ha tenido lugar hace solo unos días, ha estado dirigida a la Mona Lisa, la obra más conocida de Leonardo da Vinci. Dos personas entraron en el Louvre, donde se encuentra colgado el cuadro y le lanzaron sopa. Esta situación, unida a las que ya han tenido lugar en otras fechas, nos lleva a pensar en la seguridad de Museo de Bellas Artes de Asturias.

La pinacoteca asturiana ya tiene experiencia en este tipo de ataques. Alfonso Palacios, director del museo, ha contado en COPE las medidas de seguridad con las que cuentan. Además, nos ha hablado de lo sucedido durante el ataque activista que cumple ahora un año.

Era un domingo del mes de febrero y el Museo de Bellas Artes de Asturias estaba repleto de gente. Dos activistas entraron en la pinacoteca y simularon el robo de un Sorolla. Pronto comenzaron la huida perseguidos por los vigilantes. Una vez fuera, estos activistas, llenaron el cuadro de pintura y lo rompieron. “Rápidamente establecimos el protocolo, se hizo una ronda por todas las plantas y vimos que no faltaba nada”, recuerda el director del museo.

Falta de personal de vigilancia

El Museo de Bellas Artes de Asturias dispone de un dispositivo de seguridad las 24 horas del día. Cuenta con un equipo de ordenanzas, auxiliares de sala y vigilantes de seguridad que son los encargados de velar presencialmente para que no suceda nada dentro de las salas. Este dispositivo se refuerza con un amplio sistema de videovigilancia.

Pero, “el talón de Aquiles que tiene la pinacoteca, sobre todo a raíz de la inauguración de la ampliación primera fase en 2015, es la necesidad de más efectivos, de más personal de seguridad” confiesa Palacios.

El director asegura que: “el museo creció, duplicó su espacio y el número de vigilantes se incrementó, pero, no es acorde con el número de metros cuadrados tenemos”

Aun así, Palacios destaca el trabajo de todo el personal que se ocupa de la seguridad de las joyas que se abrigan bajo el techo del museo. “Eso sí, los ataques activistas son absolutamente incontrolables” sentencia.