Uno de los negocios inmobiliarios de moda en Europa llega a Oviedo (y no son los pisos turísticos): "Una alternativa económica y sostenible"

Lo que comenzó como una solución puntual para vaciar una casa tras un fallecimiento se ha convertido en un fenómeno en auge en Asturias. Los mercadillos en viviendas particulares permiten a los compradores encontrar muebles, vajillas, cuadros y todo tipo de objetos del hogar, al tiempo que fomentan la economía circular y evitan el desperdicio.

Una idea que no deja de crecer

La idea nació en 2020, cuando el padre de Carmen Manjón, amiga y socia de Covadonga Ovín en esta aventura, falleció. Su madre y su hermana se encontraron con una vivienda vacacional llena de objetos y sin saber qué hacer con ellos. Inspiradas en los rastrillos que ya eran populares en otros países, pensaron en organizar uno en la propia casa.

"Yo les eché una mano porque nos une una gran amistad. Como estábamos en pandemia y no había tanta movilidad, le propuse que lo anunciáramos en grupos de WhatsApp y redes sociales. Al principio, a su madre le daba un poco de nostalgia ver sus cosas expuestas, pero luego fue una experiencia muy, muy gratificante", recuerda Covadonga.

Lo que comenzó como una solución puntual se ha convertido en un modelo de negocio con gran aceptación. La economía circular ha ganado mucho impulso en los últimos años y estos mercadillos han encontrado un público fiel, interesado en dar una segunda vida a muebles, objetos decorativos y enseres del hogar.

Un mercadillo donde todo tiene su sitio

El éxito de estos mercadillos no solo radica en la variedad de artículos a la venta, sino en la forma en que se presentan. A diferencia de otros eventos similares, cada vivienda se organiza de manera meticulosa, asegurando que los objetos estén bien distribuidos y sean fáciles de visualizar para los compradores. "Cuando la gente va a los rastrillos no se encuentra una pieza colocada al azar. Siempre buscamos el mejor sitio para cada cosa. A veces pensamos distinto, pero al final coincidimos en dónde queda mejor", explica Covadonga.

Además, trabajan únicamente con viviendas amplias, de más de 100 metros cuadrados, para poder ofrecer una mejor experiencia a los visitantes. En estos eventos se pueden encontrar desde muebles de gran calidad hasta objetos cotidianos que pueden resultar de gran utilidad. "En una ocasión, un vecino vino solo porque necesitaba una manguera más larga. Son cosas pequeñas, pero muy útiles, que muchas veces olvidamos que podemos encontrar de segunda mano", comenta Covadonga.

Estos mercadillos no solo benefician a quienes buscan oportunidades para decorar su hogar con piezas especiales a precios accesibles, sino también a las familias que necesitan deshacerse de los objetos de viviendas heredadas o en proceso de venta. Lo que en un principio puede parecer un problema de acumulación de enseres, se convierte en una oportunidad para darles una segunda vida.

Con precios asequibles, un ambiente acogedor y una oferta cada vez más variada, los mercadillos en viviendas particulares se han consolidado como una alternativa sostenible y atractiva en la compraventa de segunda mano en Asturias.