La recomendación de una psicóloga de Oviedo para eliminar los nervios antes de un examen

Uno de cada dos jóvenes universitarios solicita ayuda psicológica durante sus estudios. La ansiedad, el estrés académico o la baja autoestima se han convertido en parte del día a día de muchos estudiantes. La salud mental, silenciosa durante años, ha pasado a ocupar un lugar prioritario en la agenda universitaria. La Universidad de Oviedo ha querido dar un paso adelante y por eso esta semana celebra unas jornadas centradas en el bienestar emocional del estudiantado. Durante estos días, se ofrecen charlas, asesoramiento personalizado y puntos informativos sobre los recursos disponibles en los campus. Entre ellos, el Programa de Apoyo Emocional (PAE), que ya ha atendido a 248 personas desde su puesta en marcha.

"Las causas más frecuentes por las que los jóvenes acuden a consulta son la ansiedad, los trastornos del estado de ánimo y la baja autoestima”, explica la psicóloga Elena García, una de las participantes en estas jornadas. 

La especialista insiste en que el malestar emocional se manifiesta de forma distinta según el momento académico. "En los primeros cursos suelen predominar el agobio por los exámenes, la falta de concentración o la dificultad para adaptarse al ritmo universitario", señala. "En cambio, en los últimos años, lo que más pesa es la incertidumbre ante el futuro laboral, las expectativas externas o el miedo al fracaso", añade.

Aunque se ha avanzado en la visibilización de la salud mental, las universidades siguen sin contar con recursos suficientes. "En general, las universidades no están preparadas para abordar estos problemas. Faltan psicólogos, faltan espacios y falta prevención", advierte García. Aun así, valora que instituciones como la Universidad de Oviedo estén tomando medidas concretas para revertir esta situación.

Detectar las señales  

Uno de los principales obstáculos sigue siendo la normalización del malestar. Muchos estudiantes no son conscientes de que lo que sienten puede atenderse. La fatiga constante, la dificultad para dormir, el aislamiento o los pensamientos negativos suelen ignorarse o minimizarse. "Se tiende a pensar que es parte del proceso, que todo el mundo lo pasa mal en la universidad, pero eso no significa que sea lo normal ni que haya que aguantarlo en silencio”, explica la psicóloga.

Las redes sociales y la presión por rendir alimentan muchas de las inseguridades del alumnado. La comparación constante, el miedo a quedarse atrás o la necesidad de validación pueden generar un profundo malestar emocional. "Vivimos pendientes de lo que hacen los demás y dejamos de mirar hacia dentro. Eso nos desconecta de nuestras propias necesidades", dice García. La autoexigencia, por su parte, puede ser útil en momentos puntuales, pero también se convierte en un arma de doble filo. "Cuando todo lo que haces lo juzgas desde la obligación y no desde el cuidado, es fácil caer en el agotamiento o en la culpa constante", añade.

Recomendaciónes

Una de las más eficaces es la visualización positiva: "Antes de un examen, dedica unos minutos a imaginar un lugar que te transmita calma. Puede ser real o imaginario, pero debe ayudarte a conectar con la tranquilidad", sugiere. También recomienda la respiración cuadrilátera: inspirar durante cuatro segundos, mantener el aire otros cuatro, exhalar en cuatro más y hacer una pausa del mismo tiempo antes de repetir el ciclo.

Otra técnica eficaz es la reestructuración cognitiva, que consiste en identificar los pensamientos negativos automáticos y sustituirlos por otros más objetivos. "A veces nos decimos cosas muy duras sin darnos cuenta, cambiar ese diálogo interno puede aliviar mucha presión", explica. Además, insiste en que cuidar el descanso, mantener una alimentación regular, reducir el uso de pantallas por la noche y hablar con alguien de confianza también son herramientas importantes para mantener el equilibrio emocional.