Llega a Oviedo una impresionante réplica de la Sábana Santa
Es un regalo del Arzobispo de Turín al Arzobispo de Oviedo. Es del mismo lino con el que se elaboró la tela original hace 2.000 años

Recepción de la réplica de la Sabana Santa en la Catedral de Oviedo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Es una réplica de la auténtica Sábana Santa que se guarda en la Catedral de Turín, pero impresiona. Impresiona por sus dimensiones, 4,30 metros de largo por 1,10 metros de ancho pero, sobre todo, por la fidelidad de las imágenes que refleja. Con toda nitidez se puede ver el rostro de Cristo, el lugar donde reposó su espalda, sus piernas, sus pies, sus manos. No es una copia cualquiera. Está elaborada con un lino cultivado de manera totalmente ecológica y natural, de la misma forma que se cultivaba en el Antiguo Egipto hace 2.000 años. La tela está hilada y tejida de forma artesanal, y la imprimación de las imágenes es de alta calidad, como dice el médico-forense del Instituto de Medicina Legal de Murcia, Jesús Sánchez Hermosilla, que fue el encargado de entregarle este objeto al Arzobispo de Oviedo, Monseñor Jesús Sanz Montes. Una tela que llega desde Turín, donde ha sido elaborada, y que es un regalo del Arzobispo de esta ciudad italiana.
La Catedral de Oviedo alberga en su Cámara Santa la reliquia más importante de todas las que custodia, el Santo Sudario. El pañuelo que cubrió el rostro de Jesús. La Sábana Santa o Síndone es la mortaja que cubrio a Jesucristo tras su crucifixión.
Lo cierto es que la copia que ahora llega a Oviedo no es una copia cualquiera por las características en su elaboración y fidelidad en la plasmación de las imágenes, aunque para cualquiera, tal es su calidad, pordría pasar la original.
Por ahora, no se sabe donde se va a ubicar ya que por sus dimensiones necesitaría de un bastidor de grandes proporciones para que repose. Tampoco se sabe, tal y como comentaba el Deán de la Catedral de Oviedo, Benito Gallego, si será o no expuesta a los visitantes. En realidad, es un regalo al Arzobispo de Oviedo, con lo que decidirá Monseñor cual será su destino. Sea como fuere, quienes nos encontrábamos en la Sala Capitular de la Catedral nos quedamos con la boca abierta cuando Monseñor Sanz Montes desplegaba tan impresionante tela.