Los ganaderos preocupados por el avance del "COVID de las vacas" en Asturias: "Mete miedo"

Ya hay 33 casos confirmados, el doble que hace una semana, pero los ganaderos hablan de centenares, sobre todo en el Oriente

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Hablamos con Eloy Rozada, uno de los ganaderos con reses afectadas por EHE

Fernando Díaz

Oviedo - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Algunos la llaman el “covid de las vacas”, aunque su nombre suena todavía peor, Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE). Es una dolencia que se transmite por la picadura de mosquitos de la especie Culicoides y se está extendiendo rápidamente por España, afectando a vacas, cabras y ovejas.

En Asturias, el ganado bovino es el que registra el mayor número de casos, aunque es dificil saber la expansión real de la enfermedad, pese a ser de declaración obligatoria. La última actualización publicada por el Ministerio de Agricultura, eleva a 8 los focos existentes en el Principado, con 32 explotaciones afectadas y 33 casos positivos. Otras 19 muestras sospechosas dieron negativo.

Los ganaderos, sin embargo, hablan ya de centenares, sobre todo en el oriente. Una encuesta de la asociación Ganagri cifraba hace unos días en 161 las vacas afectadas entre sus socios, 79 con síntomas graves, de las que 24 ya habían muerto.

En el oriente, en Porrúa, tiene su ganadería Eloy Rozada que ha contado en COPE su experiencia con la EHE. Tiene varias reses afectadas, el más grave uno de sus toros, cuya muerte ya da casi por inevitable. "Si no cambia es muy posible que muera, porque ya lleva 18 días mal", nos cuenta. Varias vacas tienen síntomas leves y una de ellas sufrió un aborto, que Eloy achaca a esta enfermedad.

Y Eloy no es el único en su pueblo con problemas. "Aquí hay muchos vecinos que tienen seis animales enfermos, ocho animales y hasta doce animales, algunos", nos cuenta, aunque no aparecen en las estadísticas oficiales porque no se les ha realizado aún un análisis de sangre para confirmarlo.

"No están haciendo pruebas", se queja, "yo llamé al veterinario clínico el primer día que vi al toro con síntomas y a mí en ningún momento me plantearon que había que hacer pruebas". Recuerda que esta es una enfermedad nueva y "no sabemos que hacer" por lo que reclama al Principado que aclare el protocolo.

Su mayor temor es que la enfermedad acabe extendiéndose al resto de su ganadería. Los ejemplares de raza Asturiana de la Montaña aún los tiene pastando en el monte, por temor a que si los baja con el resto puedan contagiarse.

"Ahora mismo están a 1.000 metros y ya tendrían que estar más abajo. Están aguantando allí el temporal", nos explica, pero ha preferido dejarlas porque, de momento, "no les dio a las de arriba" y "mete miedo bajarlas, porque allí tienen frío, pero aquí igual tiene la muerte."

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Armando Solís explica cómo el invierno puede ser clave para frenar la enfermedad

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NO CONTAGIA A LOS HUMANOS

Los ganaderos están preocupados, pero los consumidores podemos estar tranquilos. El presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Asturias, Armando Solís, explicaba en COPE que la EHE "se transmite por un vector, por un mosquito Culicoides y que no es una zoonosis, no se transmite a las personas y tampoco se contagia de unos animales a otros. Siempre tiene que haber la intervención del mosquito".

Para esta enfermedad, de momento, no hay vacuna. "Se está investigando, pero no hay ninguna vacuna aprobada y el tratamiento es sintomático", nos explica señalando que "produce una patología muy variada y no es de una mortalidad muy alta". La mayoría de las reses afectadas presentan síntomas como dejar de comer o cojeras, afectando a la producción de la explotación.

La buena noticia es que, al no transmitirse a los humanos, podemos comer carne y tomar leche con tranquilidad. Y, a falta de vacunas, la llegada del invierno pueda ayudar a frenarla. Los mosquitos que propagan la enfermedad se han extendido por España y llegado a Asturias gracias a las altas temperaturas de este año, pero no soportan el frío.

"Esos mosquitos parece que por debajo de los 10 grados apenas tienen actividad", nos explica Armando Solís, por lo que "esperamos que ahora, cuando entre el invierno, se reduzca totalmente la transmisión de la enfermedad".

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