ESCASEZ DE MEDICAMENTOS
Una madre asturiana, desesperada en la búsqueda de un fármaco para su hija con TDAH: "No sé qué haremos"
Padres y madres se ven obligados a realizar auténticos peregrinajes en busca de los medicamentos que sus hijos necesitan para poder concentrarse y llevar una vida normal
Oviedo - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Cielo y tierra están moviendo muchas familias asturianas para lograr los medicamentos que necesitan sus hijos para el tratamiento del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). La escasez de estos medicamentos está afectando principalmente a niños y adolescentes. Estos jóvenes, sin su dosis correspondiente, se ponen demasiado nerviosos y no son capaces de concentrarse en los estudios, ni de controlar su comportamiento.
Un ejemplo claro es el de María Jesús, una madre de Oviedo, que ha recorrido media Asturias buscando la medicación para su hija de 16 años. Su preocupación por la falta de medicinas es cada vez mayor, ya que, cuando su hija no las toma, su carácter cambia de manera drástica.
"Está superdesorganizada, necesita la medicación sí o sí, porque ella misma lo sabe", cuenta esta madre en COPE Asturias. La joven es consciente de su propia situación y, cuando no toma su dosis, dice: "Hoy no tomé la medicación y veo que no puedo con los deberes, que no puedo, se me olvidan las cosas".
Para esta familia, la medicación es indispensable, ya que, como destaca la madre, "la enfermedad de mi hija no tiene más cura que la que le proporciona la medicación".
Una solución temporal
La angustia de María Jesús comenzó especialmente el mes pasado, cuando su hija inició sus estudios fuera de Asturias. "Este año, en concreto, fue a estudiar fuera y fue imposible localizar sus medicinas porque los laboratorios no las tienen", cuenta. Esta situación obligó a la madre a recorrer Asturias en busca de la medicación adecuada. "Recorrí toda Asturias buscando la medicación para que pudiera llevar lo necesario para tres meses, que es el tiempo que está estudiando fuera", añade.
Finalmente, el especialista que trata a su hija logró darle una solución temporal, ajustando la dosis y encontrando un medicamento con el mismo componente activo pero bajo otro prospecto médico. Sin embargo, la incertidumbre persiste. María Jesús ya mira con preocupación hacia diciembre, cuando su hija regresará a la capital asturiana. "Si la cosa no se soluciona en estos meses, no sé qué haremos", asegura.
La situación de María Jesús refleja una problemática que está afectando a numerosas familias asturianas, que ven cómo la escasez de medicamentos para el TDAH pone en riesgo la salud y el bienestar de sus hijos. La falta de estos fármacos no solo afecta el rendimiento académico de los jóvenes, sino que también incide directamente en su comportamiento y calidad de vida diaria.
La prerocupación de muchas familias
No solo María Jesús está preocupada, son muchos los padres y madres que observan con inquietud la falta de medicación para sus hijos. Los fármacos psicoestimulantes, que forman parte del tratamiento para el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), están en escasez a nivel nacional. El medicamento que más se echa en falta es Concerta, uno de los más utilizados, que desde hace varios meses no llega a las farmacias.
La falta de este medicamento ha comenzado a notarse hace tiempo, y su disponibilidad depende sobre todo de la dosis en miligramos. "Se nota desde hace unos meses la escasez", confirma una farmacéutica ovetense. El problema no solo radica en la ausencia del fármaco, sino también en la gestión del tratamiento. "Si falta el medicamento, los pacientes tienen que volver al médico, gestionar un nuevo tratamiento, lo que supone un cambio en la medicación, y todo esto es complicado", añade la farmacéutica, destacando el impacto que tiene la situación en las familias.
Y si te preguntas por qué los especialistas siguen recetando un medicamento que no se encuentra en la farmacia, la respuesta es clara: "Ellos no saben los desabastecimientos que hay hoy en día", comenta la farmacéutica. "A los médicos la información les llega muy tarde, y generalmente lo saben por los propios pacientes que no logran encontrar el medicamento".
Este panorama de incertidumbre y preocupación sigue afectando a muchas familias, que dependen de estos fármacos para garantizar la calidad de vida de sus hijos.