¡Al rico turrón! Pero... ¿Dónde se creó este sabroso manjar?

Hay múltiples teorías sobre el origen de este producto tan vinculado a la Navidad y varias localidades se disputan la creación de este rico y dulce manjar

Los investigadores consideran que el origen del turrón se sitúa en un territorio próximo al mar Mediterráneo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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¿Dónde se creó el primer turrón? Es difícil responder a esa pregunta y hay que evitar caer en los “tremendismos italianos” que tratan de hacerse con la autoría y creación de este dulce que se vincula actualmente con la Navidad.

Lo que parece bastante claro es que el turrón tuvo su orígen en un territorio del entorno del mar Mediterráneo y en años previos al nacimiento de Cristo. Las teorías apuntan a los griegos y los romanos (por su proximidad a la cuenca mediterránea) e incluyen la posiblidad de que su procedencia en España se vincule a la cultura Árabe.

En Turquía hay un dulce muy famoso que se llama Baklava y que tiene similitud con el turrón. Está hecho de pistachos, nueces o almendras y finas capas de masa filo que se “enmantequillan”. Este producto hace que, a la hora de buscar los posibles orígenes del turrón, los investigadores miren hacia la antigua Mesopotamia.

LOS TURRONES ORIGINALES

En su origen, los turrones tradicionales tenían un aspecto muy parecido a la idea del turrón de Guirlache que conocemops en la actualidad. Su elaboración era sencilla: se tostaba la almendra con piel y se mezclaba con miel cocida. Lo utilizaban como un alimento ideal y muy energético, ya que también había “turrones” que se elaboraban con avellanas, piñones y nueces.

En el año 1.400 se había creado ya una especialización geográfica en la península ibérica por la dedicación a la plantación de almendras y avellanas. En la costa norte del Mediterráneo se hacia turrón de avellanas. En la meseta sur y Andalucía se hacía de piñones y de nueces. En la costa sureste del mediteráneo y en la zona de Alicante se hacía el turrón con almendras tostadas

PRIMERA MENCIÓN LITERARIA

Una de las primera menciones literarias a la historia del turrón aparece en el Siglo XIV, cuando la popularidad de los turrones ya era tal que aparecía en obras de teatro como “La Generosa Paliza” del autor sevillano, Lope de Rueda. En esa obra de teatro la trama gira en torno al robo de una libra de turrones de Alicante.

Se dice que Felipe II fue el que introdujo la tradición del turrón en la gastronomía navideña de la Corte española. No obstante, durante el reinado de su padre, Carlos V, ya era muy conocido el turrón.

Una de las primeras menciones oficiales al orígen del turrón aparece en el año 1582, en un documento del municipio de Alicante que decía: “De tiempo inmemorial, en cada año, se acostumbra, para fiestas de Navidad, pagar sus salarios, parte en dineros y parte en un presente que se les da, de una arroba de turrones”

LA HISTORIA DE JIJONA COMO CUNA DEL TURRÓN

Durante la edad media y en años posteriores, en España, los profesionales pertenecían a gremios. Un gremio es un conjunto de profesionales que tienen un mismo oficio. En algunas zonas de España fueron tan importantes que, a día de hoy, todavía hay calles con nombres de esos oficios en las ciudades, en los lugares donde se asentaron estos gremios.

En la edad media, en España, los turroneros no estaban considerados como personas de oficio, como sí lo estaban zapateros o alfareros. Los “turroneros” de aquella época eran agricultores que durante una época del año se dedicaban a elaborar y vender este tipo de productos.

Ante el aumento de las ventas de estos “turrones”, el gremio de confiteros (que eran los únicos que estaban autorizados para usar azucar y vender mazapán) se quejaron y el gremio de confiteros de Madrid consiguió limitar la venta de turrones a 15 días antes y 15 días después de la Navidad.

EL PLEITO DEL TURRÓN

El gremio de confiteros de Valencia se empeñó en que la actividad de fabricar turrón debía someterse a su Estatutos, autoridad y consentimiento. Así consiguieron que los “turroneros” de la época abriesen y cerrasen sus comercios cuando los insdicase el gremio de confiteros de Valencia. Pusieron unas normas para poder obtener el título de “maestro confitero”, previo examen. Y marcaron una tasa, un impuesto, que se tenía que pagar al gremio.

En el archivo municipal de la provincia de Alicante se conservan documentos del “Pleito del turrón” entre turroneros y el gremio de confiteros de Valencia. Aquellos agricultores que empezaron a hacer turrón en la zona alicantina argumentaron el derecho a la libertad de producir turrón y su tradición histórica. El gremio valenciano decía que tenía el privilegio para controlar la fabricación y el uso del azúcar y la miel.

El proceso judicial comenzó en el año 1665 y finalizó el 6 de mayo de 1671, a favor del gremio de los confiteros valencianos. A partir de esa sentencia se dejó de producir el turrón en Alicante y se comenzó a fabricar en la antigua Villa de Sexona, que hoy recibe el nombre de Jijona.

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