Simulacro de emergencia en los embalses asturianos
Diez presas activarán, en modo de prueba, el sistema acústico de avisos a la población
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Si vives cerca de un embalse y este jueves empiezas a oír sirenas, no te asustes... es un simulacro.
El Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) y los titulares de diez presas de la región activarán, en modo de prueba, el sistema acústico de sirenas de emergencia disponible para advertir a la población de una posible catástrofe.
La finalidad es que la población que pudiese verse afectada en caso de rotura de la presa sepa cómo actuar. Identificar este sonido y saber qué medidas de autoprotección deben aplicar, la principal, alejarse de los cauces de los ríos y arroyos y acudir a sitios elevados.
El sonido de estas sirenas alcanza aquellas zonas que quedarían inundadas en la primera media hora desde la rotura de la presa. Las sirenas de cada presa se activan todas a la vez, pero cada instalación realizará su prueba de forma individual y según el orden consensuado en el comité de implantación.
Los responsables de cada instalación comunicarán al 112 la activación de las sirenas con el sonido de alerta y pasados aproximadamente unos 10 minutos notificarán la activación de las sirenas con el mensaje indicativo de fin de alerta.
El sonido de alerta consta de 3 tramos de un minuto de duración, con sonido ascendente, separados por intervalos de 5 segundos de silencio. El de fin de la alerta es una señal continuada de 30 segundos.
En la preparación del ejercicio, además de los titulares de las presas, han tenido un papel muy destacado todos los ayuntamientos implicados emitiendo los correspondientes bandos informativos y poniendo a disposición a sus policías locales y a sus agrupaciones de voluntarios de Protección Civil.
El Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo de Inundaciones del Principado de Asturias (PLANINPA), incluye los planes de emergencias de las presas existentes en nuestra Comunidad Autónoma.
Estas presas están clasificadas, en tres categorías (A, B ó C) en función del riesgo potencial que pueda derivarse de una posible rotura o un funcionamiento incorrecto de la misma.
Según esta clasificación, todas las presas con categoría A y B deben disponer de un Plan de Emergencia propio. Su elaboración e implantación es responsabilidad del titular de la misma.