Un viaje por la Cueva del Rinoceronte

Todo visitante que llega a la Cueva La Peruyal o Cueva del Rinoceronte en el pueblo de Avín, en Benia de Onís se sorprende al contemplar un fósil de rinoceronte único en el mundo. Un rinoceronte de estepa de unos 45.000 años de antigüedad y que está ubicado en unas pequeñas charcas bajo una lámina de unos 20 centímetros de grosor. Es curioso, porque durante muchos años se creyó que el esqueleto fosilizado pertenecía a un oso. Fue hace poco menos de 20 años cuando se estudiaron los huesos del animal para llegar a la conclusión de que se trata de una cría de rinoceronte. La cavidad fue descubierta por investigadores británicos en la década de los años 70 mientras exploraban el macizo de Picos de Europa. Antes de llegar a la teoría de que el esqueleto pertenecía a un oso, y posteriormente a un rinoceronte, estos investigadores creyeron que se trataba de un burro.

La entrada a la cueva se encuentra a unos 15 metros de profundidad, a la que se accede a través de una escalera de caracol metálica. La cueva tiene una longitud de unos 500 metros y una profundidad máxima de 35 metros bajo la superficie. Además del fósil del pequeño rinoceronte, se pueden admirar también muchas formaciones geológicas, además de la fauna propia de estas formaciones subterráneas como anfibios, murciélagos e insectos.

La cueva fue ocupada durante el período del paleolítico. En los siglos XVIII y XIX fue utilizada como parada de postas, hasta que posteriormente se construyó una fragua y una posada. Finalmente, hace años, la cueva fue habilitada para acoger el Museo de la Fauna Glacial de Picos de Europa. En el Museo podemos contemplar recreaciones de animales prehistóricos como mamuts, rinocerontes lanudos o ciervos gigantes. En un rincón de la cueva también se observa la reproducción de tres neandertales en torno a un fuego. En la visita también se disfruta de una colección de minerales con paneles explicativos sobre las minas y fósiles de la zona.