Madrid - Publicado el
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Las pautas en el inicio del encuentro en El Alcoraz fueron similares al de otros compromisos. Las Palmas se organizaba en el rectángulo de juego, de manera paciente, para administrar el balón ante un rival expectante. En el once amarillo se habían registrado varias novedades, siendo la más llamativa la ausencia de Enzo Loiodice por el canterano Fabio, quien a los 9 minutos de juego quedó condicionado por la primera amarilla del partido.
En ese teatro de operaciones, Las Palmas no observaba espacios tras las líneas defensivas del equipo aragonés. El Huesca, a la contra, llevó un mensaje de peligro pronto por la banda derecha con carrera y disparo de Valentín que rechazó Valles. Esa jugada fue una llamada de atención para los amarillos.
En la segunda oportunidad en que Valentín avanzó por su costado llegó el 1-0, que sería el único tanto de la jornada. La jugada del extremo diestro local la finalizó en la boca de gol su compañero Carrillo, rematando frente a Alvaro Valles. Por segunda vez en la temporada, Las Palmas estaba por detrás en el marcador de uno de los partidos de su calendario.
Con el paso de los minutos, el equipo de García Pimienta fue haciéndose reconocible en cuanto al dominio del juego. Pero no en el remate, porque cada una de sus iniciativas con abundantes pases no encontraban el definitivo previo a un remate con opciones. Aunque Marc Cardona y Viera lograron ganar en alguna ocasión el terreno, pero sus disparos fueron repelidos por defensas que facilitaron la labor del portero Andrés Fernández.
El partido se había volcado casi en exclusiva en dirección a la portería del Huesca, pero al descanso el marcador era favorable para los aragoneses.
García Pimienta buscó en el banquillo soluciones con mordiente para ponerlas en juego en la segunda parte. Primero entraron Lemos y Moleiro, más tarde Pejiño. Fue este jugador el que activó una ofensiva amarilla que acumuló méritos para el tanto del empate. Las ocasiones más importantes la disfrutaron el propio Pejiño (rechazo del zaguero Pulido in extremis) y Jonathan Viera (desvío del portero al remate de un libre indirecto).
El gol tan buscado en el asedio seguía haciéndose esperar. La posesión de Las Palmas alcanzó en la recta final a un 85%, con la incertidumbre de las posibles pérdidas que no se produjeron
La tensión creció muchos enteros en los minutos finales. Las Palmas logró encerrar a su rival a pocos metros de su portería, pero cada una de sus jugadas no tuvieron el final deseado. Las dos últimas de ellas con remates de Moleiro y Pejiño que nuevamente rechazaron defensas y portero. El 1-0 resultó intacto tras 94 minutos de batalla.