SANIDAD
El melanoma golpea más en barrios de renta alta y en barrancos de Gran Canaria
Un estudio sobre todos los casos diagnosticados en la isla durante doce años muestra que este tipo de cáncer tiene una mayor incidencia en estos dos núcleos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un estudio exhaustivo sobre todos los casos de melanoma diagnosticados en Gran Canaria durante doce años (2007-2018) muestra que este tipo de cáncer tiene una mayor incidencia en determinados barrios urbanos de renta alta del norte de la isla, pero también en varios barrancos del interior.
La primera tendencia, la que asocia residencia urbana y renta con mayor exposición al cáncer de piel, ya se había apreciado en varios trabajos realizados en otros países, pero los "puntos calientes" del melanoma que se han encontrado en barrancos aislados del interior de la isla invitan a abrir nuevas investigaciones sobre la influencia en esos lugares de factores genéticos y también tóxicos.
Cinco investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de los Hospitales Doctor Negrín, de la capital de la isla, y Puerta del Hierro, de Madrid, acaban de publicar en la revista "Cancer causes and control" una nueva investigación sobre las tendencias que pueden observarse en la incidencia del melanoma en una población como la de Gran Canaria, formada por 850.000 personas.
Su base de estudio son 1.058 casos diagnosticados por la sanidad pública canaria y también por clínicas privadas, que arrojan una tasa de incidencia media del melanoma en la isla de 10,4 casos por 100.000 habitantes al año, cifra que se casi se triplica (29,4 por 100.000) en la franja de edad de más de 65 años.
Los autores de este estudio recuerdan que en varios países desarrollados se ha asociado repetidamente el melanoma con las rentas altas con el argumento de que las personas con mayor estatus económico tienen más oportunidades de tomar el sol y de dedicarse a ponerse moreno; es decir, están más expuestos a la causa principal.
Sin embargo, matizan, en una isla como Gran Canaria toda la población tiene casi igual acceso a las playas y puede dedicar algún momento a bañarse y tomar el sol a lo largo del todo el año, por lo que sostienen que la asociación al riesgo que se establece con las rentas altas no reside tanto en "el acceso" al sol, sino a cómo se toma y con qué intensidad.
En el estudio, uno de los "puntos calientes" de diagnóstico de melanoma de Gran Canaria es Triana, uno de los barrios históricos de Las Palmas de Gran Canaria, pero también afloran otros enclaves concretos de poblaciones del norte de la isla, como Agaete y Firgas.
La novedad de este estudio reside en la alta incidencia del melanoma que se ha descubierto en barrancos del interior que, en principio, no encajan en el perfil de población urbana con grandes ingresos, como los barrancos de Tirajana, Telde, Azuaje y las zonas finales del barranco del Guiniguada.
Los autores recuerdan que los barrancos de Gran Canaria fueron durante siglos, y hasta tiempos recientes, lugares poco accesibles, con malas comunicaciones, cuya población tendían a la endogamia. Y esa condición hace plausible que detrás de sus tasas de incidencia exista algún tipo de propensión genética en su población.
Sin embargo, uno de los lugares históricamente más inaccesibles de Gran Canaria, muy rural, y con altos niveles de insolación por su altitud, como es el municipio de Tejeda, está a la cola en incidencia de melanoma en la isla, lo que lleva a los autores a plantearse el estudio de otros factores relacionados con el agua.
Al respecto, subrayan que los municipios de la cumbre de la isla, como Tejeda, siempre han tenido el agua de mayor calidad, porque allí están los manantiales naturales, mientras que en los barrancos el abastecimiento de agua siempre ha sido más pobre y de peor calidad. Por eso invitan a investigar si existen alguna correlación entre el tipo de agua que se consume y la incidencia del melanoma.