La niña falsamente fallecida que "mató" a su madre

Las postrimerías de la época romántica y su literatura, en donde los temas de ultratumba estaban muy presentes, nos dejaba en Canarias narraciones como la siguiente. Se encuentra a medio camino entre la historia y la leyenda y es muy poco conocida, porque se ha transmitido entre generaciones, pero no ha sido recogida en ningún libro.

Se trata de una historia que podríamos escuchar en el “día de los finaos”. Así se conoce en las islas a la jornada en la que recordamos a los muertos, tradición que todavía sobrevive en el archipiélago, a pesar de que, poco a poco, se han impuesto costumbres extranjeras como Halloween. En COPE hemos podido conocer esta historia gracias a la colaboración de Juan José Laforet, Cronista Oficial de Las Palmas de Gran Canaria y de Gran Canaria.

La historia comienza en 1852, en los días en que una epidemia de cólera, azotó Gran Canaria. A una niña se la dio por fallecida y su cuerpo fue trasladado al cementerio para ser enterrada al día siguiente. Por la noche despertó de su estado "cataleptico" y, repuesta tras beber mucha agua, se las arregló para escapar de aquella habitación del camposanto en el barrio de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria y regresar a su casa en la calle de Los Canónigos -hoy López Botas-.

Al llegar, en la oscuridad casi absoluta de la madrugada, llamó a la puerta reiteradas veces hasta que su madre que dormía profundamente, extenuada por los acontecimientos y por el inesperado fallecimiento de su hija, se despertó alertada por los golpes, se levantó para abrir la puerta, encontrando a la hija que daba por muerta. Fue tal la impresión, que su corazón se detuvo y falleció al instante. El destino aguarda a cada cual en la forma menos prevista, a Gran Canaria le ocurrió igual en 1852.

La historia, como les comentamos, ha sobrevivido a través de la tradición oral hasta llegar a nuestros días sin apenas ser conocida ni revelada, excepto por medios como el que ustedes se encuentran ahora mismo consultando.