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Canarias - Publicado el
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En Canarias, la Nochevieja es mucho más que el simple paso de un año a otro; es un encuentro entre tradición, sabores exquisitos y un espíritu festivo único que se refleja en las mesas con platos que ya forman parte del acervo histórico y cultural del pueblo canario. Las familias se reúnen en torno a mesas decoradas con mimo, repletas de delicias autóctonas que reflejan la riqueza gastronómica de la región.
El cabrito canario, jugoso y sazonado con hierbas locales, se convierte en el plato principal que deleita los paladares, siendo su preparación un arte transmitido de generación en generación. Acompañando al cabrito, las Papas Arrugadas, cocidas con piel en agua de mar y servidas con su característico mojo, aportan un sabor inigualable que realza cada bocado.
El escaldón de gofio, una crema espesa elaborada a partir del gofio (harina de cereales tostados), es otro tesoro culinario que se presenta en la mesa, ofreciendo un sabor reconfortante que rememora las raíces históricas de la gastronomía canaria.
La carne mechada, cocinada con esmero y amor, es un plato que evoca el cuidado y la dedicación de las familias canarias en cada detalle de la preparación. La exquisitez de su sabor es una muestra más de la tradición culinaria que se vive en estas fechas.
Los vinos de Canarias, con sus varietales únicos y aromas distintivos, complementan perfectamente esta experiencia gastronómica, ofreciendo una selección que resalta los sabores de los platos típicos.
Y para finalizar con broche de oro, los postres canarios se convierten en el dulce deleite de la velada. El bienmesabe, una deliciosa crema a base de almendras y miel, junto al frangollo, un postre elaborado con leche, gofio, frutas y especias, son la culminación perfecta para una noche llena de sabores tradicionales.
Las familias se reúnen alrededor de una mesa ricamente adornada con estos manjares tradicionales, cada plato contando una historia y representando la herencia gastronómica de la región
El momento culminante llega con la cuenta regresiva hacia la medianoche, cuando juntos, al ritmo de las campanadas, todos se preparan para tomar las uvas. Con cada campanada, una uva es consumida, simbolizando los deseos para el nuevo año que comienza, entre risas y buenos augurios.
Así, en medio de risas, abrazos y la música festiva que llena el ambiente, las familias canarias celebran el fin de un ciclo y dan la bienvenida al nuevo año, con el corazón lleno de esperanza y la satisfacción de compartir momentos inolvidables en torno a la mesa, enraizados en la rica tradición culinaria y el espíritu de unidad que define a estas hermosas islas del Atlántico.