SOCIEDAD
"Es bueno que los locutores no tengan complejo y hablen el español de las islas"
El presidente de la Academia Canaria de la Lengua, Humberto Hernández, ve positivo que los medios de comunicación valoren y potencien el habla del archipiélago
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Los poderes públicos canarios velarán por la protección y la defensa de la identidad, patrimonio histórico y los valores e intereses de Canarias, del legado etnográfico y arqueológico de los aborígenes prehispánicos y de las demás culturas que han ido poblando el archipiélago, así como de las distintas modalidades lingüísticas“. Es lo que reza en su artículo 27.4 el Estatuto de Autonomía de Canarias. La defensa de la modalidad de español hablada en las islas en una obligación que tienen los poderes públicos.
Humberto Hernández Hernández es el presidente de la Academia Canaria de la Lengua, organismo que considera un instrumento muy eficaz para valorar la modalidad lingüística de las islas. “La Academia Canaria de la Lengua asume este papel de promover y ensalzar nuestro patrimonio lingüístico. Yo creo que es el mayor patrimonio que tenemos“, comenta. Además, destaca el valor de los canarismos por sus múltiples orígenes, pasando por el inglés, el portugués, el bereber y el español, entre otros.
En este sentido, explica la función de recopilación de canarismos que se hace desde la institución, para lo que han creado un diccionario particular de la lengua canaria que los recoge y define. Sin embargo, la Academia también tiene el objetivo de “promover, estudiar y aconsejar acerca del español de Canarias”, subraya Hernández. “La pronunciación y la gramática tienen un peso importante en nuestras publicaciones. Tomen esta referencia: academiacanarialengua.org, que es nuestra página web, donde tenemos un diccionario básico de canarismos“.
Sobre la desaparición de las apalabras autóctonas, el académico considera que muchas veces tiene que ver con el desuso por la desaparición de algunas labores y herramientas, como ocurre con el caso del arado, de una gran riqueza a nivel lingüístico. “Desde el momento en que una realidad cambia y desaparecen por ejemplo varias labores por ejemplo agrarias, pues es normal que desaparezcan palabras por desuso. No es que las rechacemos, sino que en vez de arados usamos aparejos eléctricos. Nosotros procuramos recoger estas palabras en el diccionario para que se pueda rescatar cuando sea necesario”, explica.
En la página web de la Academia cuentan con un apartado de dudas frecuentes que llegan a ellos, y un apartado de preguntas para que aquellos que cuentan con dudas ante el significado de algún canarismo puedan elevar sus cuestiones a los académicos, que, según Hernández, “se reúnen todas las semanas para resolverlas”.
La entrada de múltiples anglicismos en la lengua española es un punto de controversia habitual entre hispanohablantes, y, aún más, entre catedráticos de la lengua como Hernández. Sin embargo, este considera que son positivos siempre y cuando lleguen para cubrir carencias lingüísticas que se generan, por ejemplo, por el avance tecnológico. “La lengua no es inmutable. En todas las épocas entran palabras de otras lenguas. Con la mayor presión cultural de una lengua sobre otra esto ocurre, y actualmente la influencia mayoritaria es del mundo anglosajón. No estoy en contra mientras vengan a cubrir carencias lingüísticas. Selfie por ejemplo, viene a cubrir un hueco que no existía, igual que Bestseller”, destaca el académico. Sin embargo, lamenta el uso de palabras como Smartphone, pues considera “una estupidez” el uso de una palabra que ya está definida en la lengua como teléfono móvil.
Sobre el rechazo a los cambios en la lengua, considera que los puristas rayan en actitudes casi discriminatorias. “La pureza de una lengua es parecida al racismo”, expresa. “Las lenguas muertas son las únicas que no cambian. El español es cambiante y a veces es tan rápido que no te da tiempo de aceptarlo”.
La juventud y la pérdida de léxico de esta es una preocupación que se suele generar entre las diferentes generaciones. Sin embargo, el presidente de la Academia Canaria de la Lengua le quita importancia: “Podría rescatar textos del siglo XVII donde ya se decía que los jóvenes no sabían hablar. Cuando decimos que los viejitos hablaban muy bien,hay que recordar que también tenían sus comodines y formas poco académicas. Por ejemplo, el uso del verbo aquellar”.
Además, señala que los estudios objetivos resaltan la abundancia de vocabulario de las nuevas generaciones. “Los jóvenes no tienen menos léxico. Según estudios tienen más palabras que nosotros. No se puede generalizar. Hay jóvenes que leen y mucho, y jóvenes que no leen nada, pero eso pasaba también en mi época. Por lo tanto, con los datos objetivos, los jóvenes tienen más vocabulario, y hay que darle su importancia”, explica.
El académico valora que el complejo de los dialectos del español haya ido desapareciendo a lo largo de los años, y pone el ejemplo de la radio. “Ahora los locutores de Canarias hablan en el español de las islas. El español castellano solo es un dialecto más de nuestra lengua, que está compuesta por tres dialectos europeos, el canario, el castellano y el andaluz, y por cinco variantes americanas. El español puro, modelo, no existe”, reivindica.