SOCIEDAD

El drama de Jordi, dependiente, que ve ocupadas todas las plazas de aparcamiento: "Me amenazaron de muerte"

Este oyente de COPE denuncia que, incluso los cuerpos policiales desoyen sus peticiones para respetar los espacios reservados para personas con discapacidad

Toni Cerdá

Tenerife - Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

Imagínate tener movilidad reducida, contar con una tarjeta de aparcamiento que te permite llegar a tiempo a los sitios para hacer tus gestiones, y que, estos espacios reservados para ti estén siempre ocupados por vehículos no autorizados. Esto es lo que vive a diario Jordi Cugat en Santa Cruz de Tenerife, quien, asegura que el 90% de las veces encuentra estos aparcamientos ocupados por conductores que no cumplen las normas: “Hay muchas zonas de la capital que están constantemente colapsadas. Hay gente aparcada allí sin el distintivo. Sobre todo, en hora punta. Yo tengo la necesidad de utilizarla, no porque la plaza sea mía, sino porque está destinada a personas con necesidad. Y esta falta de espacio conlleva llegar tarde a mis compromisos con el médico, con la administración o cualquier cosa que pueda llegar a hacer”. 

A la hora de reclamar a la persona el buen uso de ese aparcamiento, Jordi Cugat no solo recibe indiferencia, sino que ha llegado a ser amenazado de muerte: “Fue un señor que ahora mismo está condenado por otro tema y que, en medio de la discusión me amenazó de muerte. Fuimos a un juzgado que me dio la razón”.

La asociación "Queremos Movernos" pide soluciones, y que se dote a las policías locales de más medios ante la picaresca que se da con estas tarjetas, que muchas veces usan personas que no son sus titulares.

UNA TARJETA INTRANSFERIBLE

La picaresca es un factor determinante a la hora de localizar este tipo de incidencias en el tráfico de las ciudades. Es una práctica habitual ceder la tarjeta de un conocido a otro, aunque en el vehículo no viaje ninguna persona con discapacidad, para encontrar aparcamiento en menos tiempo. Esto, denuncia Jordi Cugat, es una práctica habitual: “Me pasa constantemente en frente de la residencia a la que voy. Hay 9 plazas de aparcamiento especiales. Siempre me pedían la tarjeta para identificarme. Ahora ves aparcar a gente con el distintivo en el coche, pero sin discapacidad a simple vista. Esto, en muchos casos es irregular, porque solo puedes llevar la tarjeta distintiva cuando viaja la persona afectada”.