El duro testimonio de una representante del pueblo gitano en Canarias: “En las tiendas siempre piensan que voy a robar, ¿Hasta cuándo van a durar estos estereotipos?”

Cada 21 de marzo se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Y es que el 21 de diciembre de 1965, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial,la Resolución 2106 (XX), un paso histórico en el afán mundial por erradicar el racismo. 

Hablamos del primero de los principales tratados internacionales de derechos humanos de las Naciones Unidas, con el que la Convención sentó las bases para futuros avances en materia de protección de los derechos humanos, dejando por escrito con este rango normativo, una clara determinación de acabar con la discriminación racial y promover la igualdad.

La elección de la fecha no es casual, porque pretende recordar que ese día, en 1960, la policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra la ley de pases del apartheid que tuvo lugar en Sharpeville, Sudáfrica.

Precisamente, este año la celebración gira en torno al tema “60 años de la Convención contra el racismo: avances y logros en la lucha contra la discriminación racial”, con el objetivo de avanzar en la siempre complicada lucha contra el racismo.

josefa santiago, un referente del pueblo gitano

Con motivo de la celebración de este día, hoy en Herrera en COPE Tenerife, hemos querido acercarnos a la historia de Josefa Santiago. De recia estirpe gitana, Josefa es una mujer de carácter, que preside la Asociación de Mujeres Gitanas Romi Camela Nakerar en Tenerife. En su rostro, se notan las huellas de una vida marcada por la lucha por la igualdad, por su doble condición de mujer y gitana.

Nuestra protagonista es un referente del colectivo gitano en Canarias y encabeza una asociación que busca promover los valores de igualdad, tolerancia, interculturalidad, y empoderamiento de la mujer gitana. Lejos de achantarse, ha sabido defender los intereses del pueblo gitano en las islas, y ha peleado por acabar con clichés y leyendas urbanas que no se corresponden con una etnia que busca su lugar en la sociedad del siglo XXI.

"en las tiendas piensan siempre que vamos a robar"

Una labor, que no ha pasado inadvertida ni mucho menos para varias instituciones y colectivos que han premiado y reconocido su trayectoria. Entre todos ellos, especial orgullo le produce, tanto ella como toda la comunidad gitana, la decisión del Ayuntamiento de La Laguna, de ponerle el nombre de Josefa Santiago a una plaza en el lagunero barrio de la Candelaria. Madre de 4 hijos, abuela de dos nietos, alma mater de su clan familiar, Josefa sabe en primera persona lo que es el racismo y cómo se materializa. Puede ser de forma más o menos manifiesta, pero hay situaciones, “que te producen escalofríos”. Enfadada, confiesa que lo peor es “cuando entras a una tienda y te sientes vigilada”, porque, “los seguritas nos persiguen y no nos quitan el ojo de encima por el simple hecho de ser gitanos”. Y eso, sin duda, es racismo. “El otro día”, relata, “entré en una perfumería y me seguían todo el rato”. Pero además, “noté que la dependienta no quería atenderme y daba preferencia a otros clientes y pensé, 'Dios mío, ¿Cuándo van a cambiar estos estereotipos?, ¿Por qué piensan que por ser gitana voy a ir a robar?'”

“A muchas chicas les han cerrado las puertas de un trabajo por el simple hecho de ser gitanas”

Josefa Santiago

Presidenta de la Asociación de Mujeres Gitanas Romi Camela Nakerar en Tenerife

Otro micro racismo (o macro, según se mire), es cuando tienen que pasar por el arco de seguridad de un aeropuerto. “Siempre nos paran para un control adicional”, relata Josefa, que cuenta  que “hace unos días, en un vuelo de 200 personas, nos pararon a los dos gitanos, y a una persona negra, y así siempre, siempre se duda de nosotros”.

marginacion laboral solo por ser gitanas

Pero una de las manifestaciones más frecuentes de ese racismo latente, casi omnipresente en nuestra sociedad, llega, sin duda, a la hora de acceder a un puesto de trabajo. Con unos años menos, Josefa tuvo la oportunidad de optar a un empleo de cuidadora de personas mayores, “pero cuando vieron que era gitana, me rechazaron”. Una situación por la que también han pasado otras mujeres de la asociación que preside. “A varias chicas les han cerrado las puertas de un trabajo por el simple hecho de ser gitanas”, llegando hasta el punto, de que “algunas han tenido que ocultar su condición de gitana para no perder su trabajo, así de duro es, así de fuerte”.

Josefa aboga por un futuro mejor para los gitanos en España y en Canarias. “Lo primero es la formación, y nuestra juventud está estudiando”, apunta, añadiendo “que las nuevas generaciones queremos que ocupen un sitio en la sociedad, y que no se dediquen a la venta ambulante”. Pero para ello debe haber también un cambio social y por eso concluye con una reflexión dirigida a toda la sociedad: “Rompan las cadenas que les unen al racismo y la xenofobia, conózcannos y sepan cómo somos, esa es la clave”.